Este próximo lunes, la Junta de Andalucía pone en marcha ocho escuelas de verano en la provincia de Almería, a través de las que se va a garantizar el refuerzo alimentario, durante el periodo estival, a los menores en situación de especial vulnerabilidad. Esta iniciativa forma parte del Plan Extraordinario de Garantía Alimentaria, uno de los ejes fundamentales del Decreto-Ley de Inclusión a través del Empleo y Medidas Extraordinarias de Solidaridad, promovido por el Gobierno andaluz.
Estas escuelas de verano posibilitan una adecuada alimentación a los menores pertenecientes a familias en riesgo de exclusión social y, además, les proporcionan formación y actividades de ocio. Se trata de una iniciativa, por lo tanto, que pretende echar una mano a las familias que más están padeciendo la dura crisis económica que sufrimos y a sus hijos, que son el eslabón más débil.
Este programa va a beneficiar este verano a cerca de 700 menores almerienses y su puesta en marcha permite también la creación de más de 40 puestos de trabajo durante los meses de julio y agosto, en la mayoría de los casos ocupados por vecinos de los barrios de la capital y de la provincia en los que se desarrolla la iniciativa.
Precisamente estas medidas se hacen más que necesarias en Almería, una provincia en la que la alta tasa de paro está consumiendo a miles de familias. Esta misma semana conocíamos el dato del paro relativo al mes de junio y que arroja unas cifras que no pueden ser más desoladoras. Casi 80.000 almerienses se encuentran desempleados y prácticamente la mitad no perciben prestaciones.
En este contexto de tanto desempleo y de reducción de las prestaciones, únicamente el Gobierno andaluz ha dado la cara. El Ejecutivo que preside Susana Díaz sigue en la tarea de arbitrar planes de empleo que son el sostén de miles de familias. Sin embargo, si todas las administraciones no ponen de su parte difícilmente vamos a salir de esta situación en la provincia.
Para empezar, ya lo he comentado en alguna ocasión, nuestras precarias comunicaciones están frenando de manera decisiva nuestro desarrollo. No podemos crecer al mismo ritmo que otras provincias si no tenemos las mismas oportunidades ni las mismas herramientas. El parón que el Gobierno de Rajoy impuso, por ejemplo, a las obras del AVE impide que el sector agrícola o el turístico puedan competir en igualdad de condiciones con otros territorios.
En este sentido, esta semana volvíamos a sufrir una nueva afrenta, una nueva discriminación por parte del Ejecutivo del PP, al comprobar que la Comisión Europea ha aprobado más de una treintena de propuestas cursadas por el Ministerio de Fomento, dentro del programa Conecta Europa, para el desarrollo de infraestructuras entre las que no se ha incluido ninguna de Andalucía.
Resulta muy significativo que el Gobierno de Rajoy siga machacando de esta manera a Andalucía y, fundamentalmente, a Almería a la hora de solicitar estos fondos, toda vez que las obras del AVE están paralizadas en nuestra provincia desde que gobierna el PP y se han dejado de gastar más de 300 millones de euros que estaban presupuestados.
También nos parece vergonzoso que los cargos públicos provinciales del PP sí levanten el teléfono cuando lo que está en juego son los sillones en el Ayuntamiento de la capital y, sin embargo, no lo hagan para exigir que se ejecuten las inversiones en materia de infraestructuras que necesitamos para ser iguales que otros territorios, como Alicante, Albacete o Murcia.
El Partido Popular debe ponerse las pilas y tratar con justicia a Andalucía y a Almería, exigiendo a Europa fondos suficientes para cofinanciar las obras que necesitamos, cosa que hasta la fecha no han hecho, como demuestra la ausencia de obras de Andalucía en los más de 800 millones de euros que ha concedido Europa dentro del programa Conecta Europa.
De seguir el PP con esta estrategia, está claro que los almerienses lo tendremos crudo para competir en un mercado donde la competencia es fuerte y el transporte es clave para la rentabilidad de nuestra agricultura, o para la movilidad de los almerienses y para sectores tan relevantes como el turístico o el mármol. Todo lo que otros territorios están sumando, aquí lo estamos restando, y eso, en definitiva, es lo que está impidiendo que crezcamos y generemos empleo.
Estas escuelas de verano posibilitan una adecuada alimentación a los menores pertenecientes a familias en riesgo de exclusión social y, además, les proporcionan formación y actividades de ocio. Se trata de una iniciativa, por lo tanto, que pretende echar una mano a las familias que más están padeciendo la dura crisis económica que sufrimos y a sus hijos, que son el eslabón más débil.
Este programa va a beneficiar este verano a cerca de 700 menores almerienses y su puesta en marcha permite también la creación de más de 40 puestos de trabajo durante los meses de julio y agosto, en la mayoría de los casos ocupados por vecinos de los barrios de la capital y de la provincia en los que se desarrolla la iniciativa.
Precisamente estas medidas se hacen más que necesarias en Almería, una provincia en la que la alta tasa de paro está consumiendo a miles de familias. Esta misma semana conocíamos el dato del paro relativo al mes de junio y que arroja unas cifras que no pueden ser más desoladoras. Casi 80.000 almerienses se encuentran desempleados y prácticamente la mitad no perciben prestaciones.
En este contexto de tanto desempleo y de reducción de las prestaciones, únicamente el Gobierno andaluz ha dado la cara. El Ejecutivo que preside Susana Díaz sigue en la tarea de arbitrar planes de empleo que son el sostén de miles de familias. Sin embargo, si todas las administraciones no ponen de su parte difícilmente vamos a salir de esta situación en la provincia.
Para empezar, ya lo he comentado en alguna ocasión, nuestras precarias comunicaciones están frenando de manera decisiva nuestro desarrollo. No podemos crecer al mismo ritmo que otras provincias si no tenemos las mismas oportunidades ni las mismas herramientas. El parón que el Gobierno de Rajoy impuso, por ejemplo, a las obras del AVE impide que el sector agrícola o el turístico puedan competir en igualdad de condiciones con otros territorios.
En este sentido, esta semana volvíamos a sufrir una nueva afrenta, una nueva discriminación por parte del Ejecutivo del PP, al comprobar que la Comisión Europea ha aprobado más de una treintena de propuestas cursadas por el Ministerio de Fomento, dentro del programa Conecta Europa, para el desarrollo de infraestructuras entre las que no se ha incluido ninguna de Andalucía.
Resulta muy significativo que el Gobierno de Rajoy siga machacando de esta manera a Andalucía y, fundamentalmente, a Almería a la hora de solicitar estos fondos, toda vez que las obras del AVE están paralizadas en nuestra provincia desde que gobierna el PP y se han dejado de gastar más de 300 millones de euros que estaban presupuestados.
También nos parece vergonzoso que los cargos públicos provinciales del PP sí levanten el teléfono cuando lo que está en juego son los sillones en el Ayuntamiento de la capital y, sin embargo, no lo hagan para exigir que se ejecuten las inversiones en materia de infraestructuras que necesitamos para ser iguales que otros territorios, como Alicante, Albacete o Murcia.
El Partido Popular debe ponerse las pilas y tratar con justicia a Andalucía y a Almería, exigiendo a Europa fondos suficientes para cofinanciar las obras que necesitamos, cosa que hasta la fecha no han hecho, como demuestra la ausencia de obras de Andalucía en los más de 800 millones de euros que ha concedido Europa dentro del programa Conecta Europa.
De seguir el PP con esta estrategia, está claro que los almerienses lo tendremos crudo para competir en un mercado donde la competencia es fuerte y el transporte es clave para la rentabilidad de nuestra agricultura, o para la movilidad de los almerienses y para sectores tan relevantes como el turístico o el mármol. Todo lo que otros territorios están sumando, aquí lo estamos restando, y eso, en definitiva, es lo que está impidiendo que crezcamos y generemos empleo.
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