Este fin de semana el PSOE celebra la Conferencia Política que aprobará el Programa Electoral con el que los socialistas nos presentamos a las próximas elecciones generales. Un programa que nos tomamos como un contrato con los ciudadanos y las ciudadanas y que aborda los grandes desafíos que tiene nuestro país: el primero, el de la falta de oportunidades, sobre todo, de nuestros jóvenes y mayores de 45 años que están sufriendo, en primera persona, el paro y la desigualdad.
Los socialistas damos respuesta en el programa a estas necesidades con propuestas progresistas y realistas, cuantificadas y, por tanto, posibles, que no se pelean con la realidad sino que aspiran a transformar esa realidad.
En este sentido, el PSOE apuesta por derogar la reforma laboral del PP y aprobar una nueva Carta de Derechos Laborales. También planteamos aprobar un Ingreso Mínimo Vital que acabe con la pobreza que más nos duele, la pobreza infantil que afecta a 2 millones de niños y niñas en nuestro país; recuperar nuestros niveles de protección social y adaptar nuestro Estado del Bienestar a la sociedad española del año 2015. Así mismo, necesitamos recuperar la confianza en nuestras instituciones, mejorando la transparencia, reforzando la separación de poderes, y previniendo y siendo contundentes contra la corrupción. Estamos convencidos de que lo que hagamos en la próxima legislatura dependerá de por dónde camine la España de las próximas décadas. Ese es el contrato que suscribimos con todos los ciudadanos y ciudadanas, frente a un Partido Popular que durante cuatro años ha acabado con las esperanzas y el futuro de millones de españoles, especialmente de la clase media trabajadora.
Precisamente, a los dirigentes ‘populares’ almerienses los hemos escuchado decir esta misma semana que buscarán el apoyo ciudadano y el respaldo suficiente que les permita ¿consolidar? su ¿gran cambio? en España, basado en la ¿recuperación económica y la generación de empleo? Pongo entre interrogaciones estas reflexiones que realizaron durante la presentación de su candidatura en Almería de cara a las próximas elecciones generales, porque entiendo que es imposible que alguien se las pueda creer si se convierten, tal y como pretendieron, en afirmaciones. Este es el verdadero problema que tiene el PP, que nadie consigue ver el mundo de colores que ellos ven ni tampoco ese ‘cambio’ del que hablan.
Avisa el PP de que en caso de no apuntalar esta ¿recuperación?, puede haber ¿riesgos? y ¿perder lo conseguido? en aspectos como el empleo o las inversiones. Dicen todo esto, pásmense, sin ruborizarse, sin que se les caiga la cara de vergüenza en ese mismo instante. Verán, el paro en la provincia de Almería, se ponga como se ponga el Partido Popular, está por encima de los registros que había cuando Rajoy llegó a La Moncloa, pero lo más preocupante es que este Gobierno se ha cebado con las personas más vulnerables, porque se han reducido los parados con protección.
Haciendo una simple comparación y basándonos en los datos oficiales del Servicio Público de Empleo Estatal, en octubre de 2011, la provincia de Almería tenía 74.679 parados y, en octubre de este año, la cifra alcanza los 75.358. Con todo, lo más preocupante es que hace cuatro años había 55.912 parados que cobraban una prestación por desempleo y actualmente los beneficiarios de prestaciones son sólo 48.309. Esas 7.603 personas que han perdido la prestación en Almería son la cifra de la vergüenza de la gestión que ha hecho el Gobierno del PP en estos cuatro años.
Si acudimos a la Encuesta de Población Activa (EPA) el panorama es mucho peor, ya que la cifra de parados en Almería asciende a 105.700 personas y la tasa de paro supera el 31%. El PP se escuda en esa última Encuesta para decir que ha bajado el paro, pero oculta que lo que en realidad ha bajado es la población activa -los hombres y mujeres que están en disposición de trabajar - en 32.300 personas. El PP pretende consolidar, de esta manera, una mentira a sabiendas, intentando engañar a los almerienses con la intención de tapar su clamoroso fracaso en la reducción del paro. Lo intentan, mienten más que hablan, pero no cuela.
Los socialistas damos respuesta en el programa a estas necesidades con propuestas progresistas y realistas, cuantificadas y, por tanto, posibles, que no se pelean con la realidad sino que aspiran a transformar esa realidad.
En este sentido, el PSOE apuesta por derogar la reforma laboral del PP y aprobar una nueva Carta de Derechos Laborales. También planteamos aprobar un Ingreso Mínimo Vital que acabe con la pobreza que más nos duele, la pobreza infantil que afecta a 2 millones de niños y niñas en nuestro país; recuperar nuestros niveles de protección social y adaptar nuestro Estado del Bienestar a la sociedad española del año 2015. Así mismo, necesitamos recuperar la confianza en nuestras instituciones, mejorando la transparencia, reforzando la separación de poderes, y previniendo y siendo contundentes contra la corrupción. Estamos convencidos de que lo que hagamos en la próxima legislatura dependerá de por dónde camine la España de las próximas décadas. Ese es el contrato que suscribimos con todos los ciudadanos y ciudadanas, frente a un Partido Popular que durante cuatro años ha acabado con las esperanzas y el futuro de millones de españoles, especialmente de la clase media trabajadora.
Precisamente, a los dirigentes ‘populares’ almerienses los hemos escuchado decir esta misma semana que buscarán el apoyo ciudadano y el respaldo suficiente que les permita ¿consolidar? su ¿gran cambio? en España, basado en la ¿recuperación económica y la generación de empleo? Pongo entre interrogaciones estas reflexiones que realizaron durante la presentación de su candidatura en Almería de cara a las próximas elecciones generales, porque entiendo que es imposible que alguien se las pueda creer si se convierten, tal y como pretendieron, en afirmaciones. Este es el verdadero problema que tiene el PP, que nadie consigue ver el mundo de colores que ellos ven ni tampoco ese ‘cambio’ del que hablan.
Avisa el PP de que en caso de no apuntalar esta ¿recuperación?, puede haber ¿riesgos? y ¿perder lo conseguido? en aspectos como el empleo o las inversiones. Dicen todo esto, pásmense, sin ruborizarse, sin que se les caiga la cara de vergüenza en ese mismo instante. Verán, el paro en la provincia de Almería, se ponga como se ponga el Partido Popular, está por encima de los registros que había cuando Rajoy llegó a La Moncloa, pero lo más preocupante es que este Gobierno se ha cebado con las personas más vulnerables, porque se han reducido los parados con protección.
Haciendo una simple comparación y basándonos en los datos oficiales del Servicio Público de Empleo Estatal, en octubre de 2011, la provincia de Almería tenía 74.679 parados y, en octubre de este año, la cifra alcanza los 75.358. Con todo, lo más preocupante es que hace cuatro años había 55.912 parados que cobraban una prestación por desempleo y actualmente los beneficiarios de prestaciones son sólo 48.309. Esas 7.603 personas que han perdido la prestación en Almería son la cifra de la vergüenza de la gestión que ha hecho el Gobierno del PP en estos cuatro años.
Si acudimos a la Encuesta de Población Activa (EPA) el panorama es mucho peor, ya que la cifra de parados en Almería asciende a 105.700 personas y la tasa de paro supera el 31%. El PP se escuda en esa última Encuesta para decir que ha bajado el paro, pero oculta que lo que en realidad ha bajado es la población activa -los hombres y mujeres que están en disposición de trabajar - en 32.300 personas. El PP pretende consolidar, de esta manera, una mentira a sabiendas, intentando engañar a los almerienses con la intención de tapar su clamoroso fracaso en la reducción del paro. Lo intentan, mienten más que hablan, pero no cuela.
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