Utilizar las malas artes en política termina pasando factura. Usar la mentira para esconder la verdad es algo lamentable y es algo a lo que, por desgracia, nos tiene muy acostumbrados el Partido Popular. Llevan cinco años mirándonos a la cara, a la de los agricultores del Levante, sobre todo, y enlazando una mentira sobre otra en torno a la desaladora de Cuevas, esa infraestructura que se llevó por delante la riada de 2012.
En un principio, el Gobierno de Rajoy dijo que se iba a poner manos a la obra, pero no movió un dedo. Al año siguiente, plasman una partida ficticia en los Presupuestos, pero tampoco vemos un euro de inversión. Y así durante cinco años. Recientemente, en una nueva estrategia en la espiral de mentiras el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento, Rafael Hernando, aseguraba que la desaladora estaba intervenida por la Audiencia Nacional y que se iba a solicitar permiso para entrar. Sería la única gestión realizada en cinco años. Pero, ni siquiera. Esta semana hemos tenido conocimiento de que hasta esto es mentira, una más del PP hacia nuestra provincia. La empresa Acuamed niega la mayor y dice, en un informe que la desaladora no está intervenida y, además, desmonta otro de los espurios argumentos del PP: tampoco se construyó sobre terreno inundable, algo que siempre achacaban los populares al Gobierno de Zapatero, impulsor de esta y otras tantas desaladoras.
Durante este lustro el PP no ha reparado la desaladora, porque no ha querido. Podían haber intervenido perfectamente, podían haber actuado, pero han vuelto a mostrar su incompetencia. Cada año, y debido a la paralización de la desaladora, se han dejado de producir 15 hectómetros cúbicos para el campo almeriense, y todo por la irresponsabilidad del PP. Es muy grave que nos hayan estado mintiendo durante tantos años al tiempo que daban la espalda al campo almeriense, en situación de extrema sequía.
Los agricultores del Levante no han tenido agua por una decisión política del PP y eso deben saberlo. Y, como suele pasar, los dirigentes provinciales del PP ni están ni se les espera. La parlamentaria Mari Carmen Crespo tenía el valor de pedir a la Junta 15 millones de euros de los andaluces para una nueva desaladora en el Almanzora y no es capaz de pedir a su propio partido que repare la ya existente y con la que ha mostrado su incompetencia durante hace cinco años. Mucho nos recuerda a los socialistas esta estrategia de mentira a otra reciente. Hoy se cumplen 1.925 días sin obras del AVE para Almería. Entonces, era la tortuga mora la culpable. Ahora, es que no se podía pasar a la desaladora de Cuevas.
Pero el Gobierno de Mariano Rajoy no sólo nos deja sin agua, también nos quita la energía. Y lo hace, de igual modo que lo anterior, mintiendo. El acuerdo al que llegó el ministro de Energía con la Junta de Andalucía para volver a incluir el proyecto de la línea eléctrica Vera-Baza-La Ribina en la planificación energética nacional, después de haberlo borrado del mapa en 2012, lo acaban de incumplir. El proyecto afecta al desarrollo de las tres provincias de Andalucía oriental ha quedado en saco roto. Primero, nos lo quitan, luego nos lo devuelven y, ahora, nos lo vuelven a negar. El PP nos condena al subdesarrollo y al despoblamiento. La desafortunada decisión afecta a 97 municipios que suman 540.000 habitantes, y también se ponen en peligro inversiones de 480 millones de euros y la creación de 600 empleos en 12 proyectos de energía eólica en las comarcas del Almanzora y Los Vélez.
Los socialistas no vamos a dejar de luchar y estamos ultimando las alegaciones para conseguir esta infraestructura sin la cual corren riesgo importantes inversiones empresariales en proyectos de energías renovables, muchos de ellos en avanzado estado de tramitación administrativa.
En un principio, el Gobierno de Rajoy dijo que se iba a poner manos a la obra, pero no movió un dedo. Al año siguiente, plasman una partida ficticia en los Presupuestos, pero tampoco vemos un euro de inversión. Y así durante cinco años. Recientemente, en una nueva estrategia en la espiral de mentiras el portavoz del Grupo Popular en el Parlamento, Rafael Hernando, aseguraba que la desaladora estaba intervenida por la Audiencia Nacional y que se iba a solicitar permiso para entrar. Sería la única gestión realizada en cinco años. Pero, ni siquiera. Esta semana hemos tenido conocimiento de que hasta esto es mentira, una más del PP hacia nuestra provincia. La empresa Acuamed niega la mayor y dice, en un informe que la desaladora no está intervenida y, además, desmonta otro de los espurios argumentos del PP: tampoco se construyó sobre terreno inundable, algo que siempre achacaban los populares al Gobierno de Zapatero, impulsor de esta y otras tantas desaladoras.
Durante este lustro el PP no ha reparado la desaladora, porque no ha querido. Podían haber intervenido perfectamente, podían haber actuado, pero han vuelto a mostrar su incompetencia. Cada año, y debido a la paralización de la desaladora, se han dejado de producir 15 hectómetros cúbicos para el campo almeriense, y todo por la irresponsabilidad del PP. Es muy grave que nos hayan estado mintiendo durante tantos años al tiempo que daban la espalda al campo almeriense, en situación de extrema sequía.
Los agricultores del Levante no han tenido agua por una decisión política del PP y eso deben saberlo. Y, como suele pasar, los dirigentes provinciales del PP ni están ni se les espera. La parlamentaria Mari Carmen Crespo tenía el valor de pedir a la Junta 15 millones de euros de los andaluces para una nueva desaladora en el Almanzora y no es capaz de pedir a su propio partido que repare la ya existente y con la que ha mostrado su incompetencia durante hace cinco años. Mucho nos recuerda a los socialistas esta estrategia de mentira a otra reciente. Hoy se cumplen 1.925 días sin obras del AVE para Almería. Entonces, era la tortuga mora la culpable. Ahora, es que no se podía pasar a la desaladora de Cuevas.
Pero el Gobierno de Mariano Rajoy no sólo nos deja sin agua, también nos quita la energía. Y lo hace, de igual modo que lo anterior, mintiendo. El acuerdo al que llegó el ministro de Energía con la Junta de Andalucía para volver a incluir el proyecto de la línea eléctrica Vera-Baza-La Ribina en la planificación energética nacional, después de haberlo borrado del mapa en 2012, lo acaban de incumplir. El proyecto afecta al desarrollo de las tres provincias de Andalucía oriental ha quedado en saco roto. Primero, nos lo quitan, luego nos lo devuelven y, ahora, nos lo vuelven a negar. El PP nos condena al subdesarrollo y al despoblamiento. La desafortunada decisión afecta a 97 municipios que suman 540.000 habitantes, y también se ponen en peligro inversiones de 480 millones de euros y la creación de 600 empleos en 12 proyectos de energía eólica en las comarcas del Almanzora y Los Vélez.
Los socialistas no vamos a dejar de luchar y estamos ultimando las alegaciones para conseguir esta infraestructura sin la cual corren riesgo importantes inversiones empresariales en proyectos de energías renovables, muchos de ellos en avanzado estado de tramitación administrativa.
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