Tras los siete años de Rajoy, en los que Almería fue maltratada sistemáticamente, hoy tenemos dos ejecutivos absolutamente volcados con nuestra provincia y los resultados de esta nueva situación se empiezan a ver.
Con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno de España avisé de que a Almería le iba a ir mejor en los siete meses que faltaban para el final del año que en los siete años de Mariano Rajoy, y no me equivoqué: a los almerienses ya nos está yendo mejor.
El gran símbolo del abandono de Almería por parte de Rajoy ha sido la paralización del AVE. Casi seis años, 2.113 días exactamente, nos ha tenido el PP en la provincia sin obras para la llegada del AVE. Con el cambio de gobierno, precisamente los mismos que antes callaban, cómplices de ese maltrato, se han lanzado a sembrar dudas sobre el futuro de esta infraestructura, aunque se estrellarán contra el muro de la realidad porque la hoja de ruta y los compromisos para la llegada del AVE a Almería se van a mantener. Lo ha dicho el Gobierno y lo reafirman las licitaciones por valor de más de 200 millones de euros aprobadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para nuestra provincia.
El compromiso con la llegada del AVE se mantiene, pero además se van a recuperar proyectos para Almería que el PP había rechazado, como la construcción de la autopista energética entre Vera y Baza, que volverá a ser incluida como prioritaria en la planificación nacional. Además, también se están dando los pasos necesarios para aumentar la financiación de Andalucía y aprobar un plan específico de empleo para nuestra comunidad autónoma, dos demandas que el Gobierno andaluz llevaba años realizando y que por fin han sido escuchadas por el Gobierno central.
Esta nueva sensibilidad del Gobierno de España se va a sumar a la que tiene el Gobierno de Susana Díaz con Almería y que no sólo se demuestra con anuncios como el de la entrada de la Junta de Andalucía en el accionariado de Calar Alto para garantizar la supervivencia de este importantísimo centro científico, sino también con hechos.
Nuestra provincia es hoy la primera de Andalucía en inversiones para obra pública de la Junta. Por dar sólo algunas cifras, actualmente se están invirtiendo 40 millones de euros en la construcción del futuro hospital materno infantil y la mejora del centro hospitalario Torrecárdenas, así como en las obras de los centros de salud de Antas, Garrucha, Arboleas, Macael, Las Cabañuelas o la Casa del Mar de la capital.
En educación, se están desarrollando 40 actuaciones de forma simultánea, entre las que destaca la del nuevo conservatorio de danza. Entre sanidad y educación, las infraestructuras previstas para la provincia de Almería conllevan un compromiso de inversión de unos 100 millones de euros. Para la atención a la dependencia, la Junta destina a nuestra provincia cada año una cifra similar y, en materia de fomento, la cantidad movilizada actualmente ronda otros 200 millones de euros, empleados en actuaciones como la variante de Roquetas-Vícar, la carretera Dalías-Berja o el desdoblamiento de la Vera-Garrucha. En cuanto a la agricultura, el departamento dirigido por el consejero almeriense Rodrigo Sánchez moviliza cada año 150 millones de euros para apoyar al sector en la provincia almeriense.
A la vista de estos hechos, me atrevo a decir que la provincia de Almería está viviendo el mejor momento de esta legislatura, gracias a la coincidencia de dos gobiernos socialistas, en Sevilla y en Madrid.
Con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno de España avisé de que a Almería le iba a ir mejor en los siete meses que faltaban para el final del año que en los siete años de Mariano Rajoy, y no me equivoqué: a los almerienses ya nos está yendo mejor.
El gran símbolo del abandono de Almería por parte de Rajoy ha sido la paralización del AVE. Casi seis años, 2.113 días exactamente, nos ha tenido el PP en la provincia sin obras para la llegada del AVE. Con el cambio de gobierno, precisamente los mismos que antes callaban, cómplices de ese maltrato, se han lanzado a sembrar dudas sobre el futuro de esta infraestructura, aunque se estrellarán contra el muro de la realidad porque la hoja de ruta y los compromisos para la llegada del AVE a Almería se van a mantener. Lo ha dicho el Gobierno y lo reafirman las licitaciones por valor de más de 200 millones de euros aprobadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para nuestra provincia.
El compromiso con la llegada del AVE se mantiene, pero además se van a recuperar proyectos para Almería que el PP había rechazado, como la construcción de la autopista energética entre Vera y Baza, que volverá a ser incluida como prioritaria en la planificación nacional. Además, también se están dando los pasos necesarios para aumentar la financiación de Andalucía y aprobar un plan específico de empleo para nuestra comunidad autónoma, dos demandas que el Gobierno andaluz llevaba años realizando y que por fin han sido escuchadas por el Gobierno central.
Esta nueva sensibilidad del Gobierno de España se va a sumar a la que tiene el Gobierno de Susana Díaz con Almería y que no sólo se demuestra con anuncios como el de la entrada de la Junta de Andalucía en el accionariado de Calar Alto para garantizar la supervivencia de este importantísimo centro científico, sino también con hechos.
Nuestra provincia es hoy la primera de Andalucía en inversiones para obra pública de la Junta. Por dar sólo algunas cifras, actualmente se están invirtiendo 40 millones de euros en la construcción del futuro hospital materno infantil y la mejora del centro hospitalario Torrecárdenas, así como en las obras de los centros de salud de Antas, Garrucha, Arboleas, Macael, Las Cabañuelas o la Casa del Mar de la capital.
En educación, se están desarrollando 40 actuaciones de forma simultánea, entre las que destaca la del nuevo conservatorio de danza. Entre sanidad y educación, las infraestructuras previstas para la provincia de Almería conllevan un compromiso de inversión de unos 100 millones de euros. Para la atención a la dependencia, la Junta destina a nuestra provincia cada año una cifra similar y, en materia de fomento, la cantidad movilizada actualmente ronda otros 200 millones de euros, empleados en actuaciones como la variante de Roquetas-Vícar, la carretera Dalías-Berja o el desdoblamiento de la Vera-Garrucha. En cuanto a la agricultura, el departamento dirigido por el consejero almeriense Rodrigo Sánchez moviliza cada año 150 millones de euros para apoyar al sector en la provincia almeriense.
A la vista de estos hechos, me atrevo a decir que la provincia de Almería está viviendo el mejor momento de esta legislatura, gracias a la coincidencia de dos gobiernos socialistas, en Sevilla y en Madrid.
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