Las artimañas tienen sus consecuencias. Utilizar argucias en las instituciones siempre termina perjudicando a los mismos: a los ciudadanos.
Desde que llegó Pedro Sánchez a La Moncloa, en junio del año pasado, fue tal el cabreo que se agarró Albert Rivera, que se veía de sucesor de Rajoy, que ha dedicado desde entonces su tiempo a impulsar todo tipo de argucias en la Mesa del Congreso de los Diputados para bloquear, junto con el Partido Popular, cualquier medida impulsada por el gobierno del PSOE.
Por beneficiosas que pudieran resultar las iniciativas del Gobierno socialista para cualquier colectivo maltratado por el anterior Gobierno del Partido Popular, la frustración que le produce a Rivera ver a Pedro Sánchez de presidente del Gobierno de España le ha llevado a tomar por costumbre pulsar el botón del no a todo. No a su tramitación y, si no tenía más remedio que tragarse la tramitación de cualquier medida, pues votaban no a su aprobación. El álbum de fotos de los noes de Albert Rivera ha ido desde el bloqueo al cambio de la ley de estabilidad presupuestaria a la tramitación de los presupuestos del Estado, o hasta intentar que no se tramite la ampliación del permiso de paternidad.
El último caso de esta forma de actuar ha sido la ampliación del permiso de paternidad de 5 a 16 semanas. Lo hemos vivido esta semana, cuando el Congreso ya está disuelto y es la Diputación Permanente el órgano que asume sus funciones hasta que salgan elegidos, el 28 de abril, los representantes y las representantes que se sentarán en el Congreso.
En esa Diputación Permanente, el partido de Albert Rivera ha intentado que no se tramite el Decreto Ley que amplía los permisos de paternidad de 5 a 16 semanas de manera progresiva. El dirigente de Ciudadanos ha maniobrado para que dicho decreto no entrara en vigor, a pesar de ser una decisión legítima del Gobierno, conforme a nuestra Constitución y ordenamiento jurídico, como lo han respaldado los servicios jurídicos del Congreso de los Diputados. Luego dirá Albert Rivera que trabaja para la gente. No, lo que realmente hace es recurrir a trampas que terminan perjudicando a los ciudadanos.
¿A quién benefician este tipo de argucias? ¿A quién perjudican? Evidentemente, las trampas no benefician a nadie, ni al propio Albert Rivera y, por el contrario, perjudican a los miles de padres que podrían beneficiarse de la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de ampliar este derecho.
Si la artimaña de los de Albert Rivera hubiese salido adelante, los padres no podrían ampliar este mismo año sus permisos de paternidad de 5 a 8 semanas a partir del próximo 1 de abril. El objetivo último de esta medida es equiparar los permisos de los progenitores en 2021, para que tanto madres como padres disfruten de las mismas condiciones.
La iniciativa supone un nuevo avance en derechos sociales, a los que las derechas han sido tradicionalmente reacias. Basta recordar el rechazo que suscitaron en esas filas las medidas impulsadas también por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero para frenar la violencia de género, permitir el matrimonio entre homosexuales, fomentar la Igualdad o recuperar la Memoria Histórica.
Todo ello demuestra que las argucias de los de Albert Rivera desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno de España se han convertido en realidad en trampas para los ciudadanos. Se lo deberían hacer mirar.
Desde que llegó Pedro Sánchez a La Moncloa, en junio del año pasado, fue tal el cabreo que se agarró Albert Rivera, que se veía de sucesor de Rajoy, que ha dedicado desde entonces su tiempo a impulsar todo tipo de argucias en la Mesa del Congreso de los Diputados para bloquear, junto con el Partido Popular, cualquier medida impulsada por el gobierno del PSOE.
Por beneficiosas que pudieran resultar las iniciativas del Gobierno socialista para cualquier colectivo maltratado por el anterior Gobierno del Partido Popular, la frustración que le produce a Rivera ver a Pedro Sánchez de presidente del Gobierno de España le ha llevado a tomar por costumbre pulsar el botón del no a todo. No a su tramitación y, si no tenía más remedio que tragarse la tramitación de cualquier medida, pues votaban no a su aprobación. El álbum de fotos de los noes de Albert Rivera ha ido desde el bloqueo al cambio de la ley de estabilidad presupuestaria a la tramitación de los presupuestos del Estado, o hasta intentar que no se tramite la ampliación del permiso de paternidad.
El último caso de esta forma de actuar ha sido la ampliación del permiso de paternidad de 5 a 16 semanas. Lo hemos vivido esta semana, cuando el Congreso ya está disuelto y es la Diputación Permanente el órgano que asume sus funciones hasta que salgan elegidos, el 28 de abril, los representantes y las representantes que se sentarán en el Congreso.
En esa Diputación Permanente, el partido de Albert Rivera ha intentado que no se tramite el Decreto Ley que amplía los permisos de paternidad de 5 a 16 semanas de manera progresiva. El dirigente de Ciudadanos ha maniobrado para que dicho decreto no entrara en vigor, a pesar de ser una decisión legítima del Gobierno, conforme a nuestra Constitución y ordenamiento jurídico, como lo han respaldado los servicios jurídicos del Congreso de los Diputados. Luego dirá Albert Rivera que trabaja para la gente. No, lo que realmente hace es recurrir a trampas que terminan perjudicando a los ciudadanos.
¿A quién benefician este tipo de argucias? ¿A quién perjudican? Evidentemente, las trampas no benefician a nadie, ni al propio Albert Rivera y, por el contrario, perjudican a los miles de padres que podrían beneficiarse de la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de ampliar este derecho.
Si la artimaña de los de Albert Rivera hubiese salido adelante, los padres no podrían ampliar este mismo año sus permisos de paternidad de 5 a 8 semanas a partir del próximo 1 de abril. El objetivo último de esta medida es equiparar los permisos de los progenitores en 2021, para que tanto madres como padres disfruten de las mismas condiciones.
La iniciativa supone un nuevo avance en derechos sociales, a los que las derechas han sido tradicionalmente reacias. Basta recordar el rechazo que suscitaron en esas filas las medidas impulsadas también por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero para frenar la violencia de género, permitir el matrimonio entre homosexuales, fomentar la Igualdad o recuperar la Memoria Histórica.
Todo ello demuestra que las argucias de los de Albert Rivera desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno de España se han convertido en realidad en trampas para los ciudadanos. Se lo deberían hacer mirar.
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