Si de algo se está hablando en esta precampaña electoral en la que ya estamos inmersos es de las grandes cuestiones ideológicas que nuestra sociedad tiene pendientes. El aborto, la eutanasia, el feminismo o la memoria histórica son algunos de los asuntos que están centrando el mensaje de los diferentes partidos. Me complace que, como sociedad, situemos también nuestras reflexiones en el terreno de los valores y la conciencia, aunque observo con preocupación que la derecha lo está utilizando para esquivar el debate sobre otros temas tan importantes como pueden ser el mercado laboral y los derechos de los trabajadores.
Mientras la derecha se envuelve en banderas de España, otros nos hemos puesto a trabajar para mejorar la vida de los españoles y hemos conseguido, en menos de nueve meses, resolver cuestiones que llevaban años enquistadas. Sin grandes aspavientos, el Gobierno de Pedro Sánchez ha logrado en este tiempo aprobar la mayor Oferta Pública de Empleo de la década, con 34.000 plazas, aumentar el salario de los empleados públicos y subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 22%, hasta los 900 euros.
El Gobierno del PSOE ha introducido el registro de la jornada laboral para luchar contra la precariedad y ha fomentado la contratación estable para los trabajadores agrarios y del sector turístico y para los parados de larga duración.
Los socialistas hemos puesto en marcha, además, medidas para incrementar la protección social de ciertos colectivos con especiales dificultades, como los desempleados mayores de 52 años, o las mujeres, que se verán beneficiadas de la lucha contra la brecha salarial o el incentivo de planes de igualdad en las empresas. También hemos aumentado la protección para los autónomos y hemos aprobado un Plan de Empleo Digno, que se ha transformado en una contratación indefinida para más de 50.000 empleos precarios.
Los que teman que esta creación de derechos se haya hecho a expensas de la marcha de nuestro mercado de trabajo se quedarán más tranquilos al saber que 2018 se ha cerrado con el mayor nivel de creación de empleo de los últimos años, semejante a los de antes de la crisis.
En el terreno laboral ha habido un antes y un después con del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque siguen quedando cuestiones pendientes, en las que queremos seguir trabajando después del 28 de abril.
Así, por ejemplo, tenemos la firme voluntad de derogar, en esta próxima legislatura, la Reforma Laboral. Queremos también elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que compagine la competitividad empresarial con la defensa de los derechos laborales. Seguiremos aumentando el SMI, modificaremos el Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos (RETA) para que coticen de acuerdo con sus ingresos reales, ampliaremos la protección social de este colectivo y promoveremos un Plan Nacional de Empleo que incluya medidas especiales para incentivar el trabajo en el mundo rural. También pondremos en marcha un Plan de Choque por el Empleo Joven y otro específico para las mujeres, que permita reducir la brecha de género.
Por muchos años que hayan pasado, seguimos siendo el Partido Socialista Obrero Español, llevamos en nuestro nombre la defensa de la igualdad, de los trabajadores y de nuestro país. Tenemos las ideas claras, un programa bien definido y una hoja de servicios más que digna. Ojalá en las próximas semanas la ciudadanía pueda comprobar que, más allá de los golpes en el pecho y las soflamas incendiarias, la verdadera defensa de un país se hace mejorando la vida de sus habitantes.
Mientras la derecha se envuelve en banderas de España, otros nos hemos puesto a trabajar para mejorar la vida de los españoles y hemos conseguido, en menos de nueve meses, resolver cuestiones que llevaban años enquistadas. Sin grandes aspavientos, el Gobierno de Pedro Sánchez ha logrado en este tiempo aprobar la mayor Oferta Pública de Empleo de la década, con 34.000 plazas, aumentar el salario de los empleados públicos y subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 22%, hasta los 900 euros.
El Gobierno del PSOE ha introducido el registro de la jornada laboral para luchar contra la precariedad y ha fomentado la contratación estable para los trabajadores agrarios y del sector turístico y para los parados de larga duración.
Los socialistas hemos puesto en marcha, además, medidas para incrementar la protección social de ciertos colectivos con especiales dificultades, como los desempleados mayores de 52 años, o las mujeres, que se verán beneficiadas de la lucha contra la brecha salarial o el incentivo de planes de igualdad en las empresas. También hemos aumentado la protección para los autónomos y hemos aprobado un Plan de Empleo Digno, que se ha transformado en una contratación indefinida para más de 50.000 empleos precarios.
Los que teman que esta creación de derechos se haya hecho a expensas de la marcha de nuestro mercado de trabajo se quedarán más tranquilos al saber que 2018 se ha cerrado con el mayor nivel de creación de empleo de los últimos años, semejante a los de antes de la crisis.
En el terreno laboral ha habido un antes y un después con del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque siguen quedando cuestiones pendientes, en las que queremos seguir trabajando después del 28 de abril.
Así, por ejemplo, tenemos la firme voluntad de derogar, en esta próxima legislatura, la Reforma Laboral. Queremos también elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que compagine la competitividad empresarial con la defensa de los derechos laborales. Seguiremos aumentando el SMI, modificaremos el Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos (RETA) para que coticen de acuerdo con sus ingresos reales, ampliaremos la protección social de este colectivo y promoveremos un Plan Nacional de Empleo que incluya medidas especiales para incentivar el trabajo en el mundo rural. También pondremos en marcha un Plan de Choque por el Empleo Joven y otro específico para las mujeres, que permita reducir la brecha de género.
Por muchos años que hayan pasado, seguimos siendo el Partido Socialista Obrero Español, llevamos en nuestro nombre la defensa de la igualdad, de los trabajadores y de nuestro país. Tenemos las ideas claras, un programa bien definido y una hoja de servicios más que digna. Ojalá en las próximas semanas la ciudadanía pueda comprobar que, más allá de los golpes en el pecho y las soflamas incendiarias, la verdadera defensa de un país se hace mejorando la vida de sus habitantes.
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