Han concluido los días en los que los socialistas hemos hablado de lo que creemos que le interesa a la ciudadanía: el empleo, los servicios públicos y la cohesión territorial.
El 6 de diciembre de 1978, los españoles ratificamos en referéndum nuestra Constitución. Sus redactores tuvieron tanta altura de miras y tanta generosidad que este texto nos ha permitido convivir en paz y en libertad durante 40 años y ha hecho posible que nuestro país alcance las mayores cotas de bienestar que nunca haya tenido.
Pese a que nuestra democracia goza de buena salud y, en consecuencia, deberíamos estar centrados en mejorar y ampliar el sistema de derechos y libertades del que disfrutamos, en modernizar nuestra economía y defender valores como la igualdad o la justicia social, a algunos no les interesa esto y están empecinados en hablar de cosas que nada tienen que ver con lo que preocupa a la ciudadanía. Puede ser que no dispongan de un proyecto sólido para el país o quizá que no quieran desvelar sus planes, estos especialistas en cortinas de humo o en discursos grandilocuentes, pero vacíos de contenido.
Somos muchos y muchas los que vemos en España lo que realmente es: un país con un enorme potencial, construido con el esfuerzo de hombres y mujeres que no quieren enfrentamiento ni crispación, sino vivir tranquilos y, en cualquier caso, dejar un país mejor a las generaciones que vienen por detrás.
Tenemos todo lo que hace falta para un futuro próspero. Sin ir más lejos, la provincia de Almería tiene una industria agroalimentaria tan potente que es capaz de llenar las despensas de media Europa. Tenemos una industria de la piedra natural puntera, que sólo necesita que su marca se consolide fuera de nuestras fronteras. Tenemos un patrimonio natural y cultural riquísimo, que nos permitiría desarrollar un sector turístico fuerte más allá del modelo de sol y playa. Tenemos todo lo necesario para desarrollar una industria cinematográfica. Somos punteros en tecnologías aplicadas a las energías renovables y tenemos sol y viento a manos llenas.
Con todo esto quiero decir que podemos ser lo que queramos y tener el tipo de sociedad que queramos. Para eso sirve la política, pese a que algunos se empeñen en desprestigiarla o en que los ciudadanos no vean el grandísimo valor que tiene para influir sobre el presente y futuro de sus vidas. Por todo ello, es fundamental que los ciudadanos tomemos la voz y participemos en una jornada tan decisiva como la de este domingo, porque, de lo que ahora digamos, va a depender la España que tengamos en los próximos cuatro años y eso lo decimos entre todos.
El 6 de diciembre de 1978, los españoles ratificamos en referéndum nuestra Constitución. Sus redactores tuvieron tanta altura de miras y tanta generosidad que este texto nos ha permitido convivir en paz y en libertad durante 40 años y ha hecho posible que nuestro país alcance las mayores cotas de bienestar que nunca haya tenido.
Pese a que nuestra democracia goza de buena salud y, en consecuencia, deberíamos estar centrados en mejorar y ampliar el sistema de derechos y libertades del que disfrutamos, en modernizar nuestra economía y defender valores como la igualdad o la justicia social, a algunos no les interesa esto y están empecinados en hablar de cosas que nada tienen que ver con lo que preocupa a la ciudadanía. Puede ser que no dispongan de un proyecto sólido para el país o quizá que no quieran desvelar sus planes, estos especialistas en cortinas de humo o en discursos grandilocuentes, pero vacíos de contenido.
Somos muchos y muchas los que vemos en España lo que realmente es: un país con un enorme potencial, construido con el esfuerzo de hombres y mujeres que no quieren enfrentamiento ni crispación, sino vivir tranquilos y, en cualquier caso, dejar un país mejor a las generaciones que vienen por detrás.
Tenemos todo lo que hace falta para un futuro próspero. Sin ir más lejos, la provincia de Almería tiene una industria agroalimentaria tan potente que es capaz de llenar las despensas de media Europa. Tenemos una industria de la piedra natural puntera, que sólo necesita que su marca se consolide fuera de nuestras fronteras. Tenemos un patrimonio natural y cultural riquísimo, que nos permitiría desarrollar un sector turístico fuerte más allá del modelo de sol y playa. Tenemos todo lo necesario para desarrollar una industria cinematográfica. Somos punteros en tecnologías aplicadas a las energías renovables y tenemos sol y viento a manos llenas.
Con todo esto quiero decir que podemos ser lo que queramos y tener el tipo de sociedad que queramos. Para eso sirve la política, pese a que algunos se empeñen en desprestigiarla o en que los ciudadanos no vean el grandísimo valor que tiene para influir sobre el presente y futuro de sus vidas. Por todo ello, es fundamental que los ciudadanos tomemos la voz y participemos en una jornada tan decisiva como la de este domingo, porque, de lo que ahora digamos, va a depender la España que tengamos en los próximos cuatro años y eso lo decimos entre todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario