El ‘leitmotiv’ que se ha instalado en el quehacer diario de las tres derechas que nos gobiernan en Andalucía, tras cumplir medio año al frente de la Junta de Andalucía, se podría resumir en: “vivir de las rentas, pero sin que se note”, mientras avanzan en aquello que realmente quieren hacer y que no quieren que se cuente.
Es normal que, cuando un gobierno sucede a otro, el nuevo gobierno termine algunas cosas que el anterior dejó en marcha. En estos casos lo que no es honesto es que el nuevo gobierno pretenda hacer creer a los ciudadanos que lo que dejó en marcha el anterior es cosa del nuevo.
Esta realidad podemos verla hoy en todos los ámbitos de la Junta de Andalucía, pero si hay uno en el que especialmente se está pretendiendo vivir de las rentas sin que se note, mientras se hacen otras cosas que no quieren que vean los ciudadanos, es en materia de salud.
En Andalucía, el gobierno de las tres derechas está trabajando para pasar de un modelo sanitario público donde lo más importante era la atención a los ciudadanos, a un modelo donde lo más importante es favorecer el negocio o los intereses empresariales en torno a la asistencia sanitaria de los andaluces. Creo que expreso de manera clara en lo que están los gestores y gobernantes de las tres derechas en Andalucía.
Para distraer la atención, mientras van dando pasos en esa dirección, se sacan de la manga un plan de choque contra las listas de espera, inventándose los datos de partida. Para ello, utilizan una metodología que no se respalda en ningún otro lugar de toda España y ocultan desde ese momento los datos o el detalle sobre las listas de espera de Andalucía, para luego poder decir lo que quieran sin ningún rigor.
Para aparentar que están haciendo algo bueno para el sistema sanitario público, se dedican a vender como un logro suyo algo que es un mérito del anterior equipo de gestión de la Consejería de Salud, ocultando siempre este matiz que, de querer ser honestos con los ciudadanos, siempre tendrían que reconocer.
En Almería, primero lo han hecho con el neuroendoscopio para intervenciones a niños y después con la incorporación del nuevo equipamiento para el tratamiento del cáncer de pulmón, la teledermatología y el cribado de cáncer de colon. Lo más reciente ha sido el anuncio de la puesta en funcionamiento en los próximos meses del tercer acelerador y lo siguiente será la cirugía robotizada de la mano del ‘Da Vinci’, un robot que permitirá intervenciones en urología, cirugía general y ginecología y que representa uno de los grandes avances en las técnicas utilizadas en la sanidad pública andaluza en Almería.
Pues bien, todo ello –que nadie se llame a engaño– es fruto de la gestión realizada por el anterior gobierno socialista y del entonces equipo de gestión del sistema sanitario público andaluz en Almería, aunque ahora los gobernantes de las tres derechas en Andalucía y sus gestores en Almería pretendan apuntárselo como parte de sus logros. Otro ejemplo de todo esto lo encontramos con el hospital Materno Infantil –cuya apertura va a retrasar hasta 2020 como mínimo el nuevo gobierno de las derechas–, con su conexión con el Hospital de Torrecárdenas o con el centro de atención primaria de la Casa del Mar.
Y en esas estamos. Mientras se apuntan los tantos que no les corresponden, ocultan a los ciudadanos lo que realmente están haciendo, que es cambiar cosas para favorecer los negocios en torno a la asistencia sanitaria de los andaluces, cuya atención sanitaria no es lo primero para el gobierno andaluz. Lo primero para ellos es respaldar el negocio que pueden hacer algunos con la asistencia sanitaria. Éste es el verdadero cambiazo en la gestión sanitaria del nuevo gobierno, del que debe estar especialmente pendiente la ciudadanía.
Es normal que, cuando un gobierno sucede a otro, el nuevo gobierno termine algunas cosas que el anterior dejó en marcha. En estos casos lo que no es honesto es que el nuevo gobierno pretenda hacer creer a los ciudadanos que lo que dejó en marcha el anterior es cosa del nuevo.
Esta realidad podemos verla hoy en todos los ámbitos de la Junta de Andalucía, pero si hay uno en el que especialmente se está pretendiendo vivir de las rentas sin que se note, mientras se hacen otras cosas que no quieren que vean los ciudadanos, es en materia de salud.
En Andalucía, el gobierno de las tres derechas está trabajando para pasar de un modelo sanitario público donde lo más importante era la atención a los ciudadanos, a un modelo donde lo más importante es favorecer el negocio o los intereses empresariales en torno a la asistencia sanitaria de los andaluces. Creo que expreso de manera clara en lo que están los gestores y gobernantes de las tres derechas en Andalucía.
Para distraer la atención, mientras van dando pasos en esa dirección, se sacan de la manga un plan de choque contra las listas de espera, inventándose los datos de partida. Para ello, utilizan una metodología que no se respalda en ningún otro lugar de toda España y ocultan desde ese momento los datos o el detalle sobre las listas de espera de Andalucía, para luego poder decir lo que quieran sin ningún rigor.
Para aparentar que están haciendo algo bueno para el sistema sanitario público, se dedican a vender como un logro suyo algo que es un mérito del anterior equipo de gestión de la Consejería de Salud, ocultando siempre este matiz que, de querer ser honestos con los ciudadanos, siempre tendrían que reconocer.
En Almería, primero lo han hecho con el neuroendoscopio para intervenciones a niños y después con la incorporación del nuevo equipamiento para el tratamiento del cáncer de pulmón, la teledermatología y el cribado de cáncer de colon. Lo más reciente ha sido el anuncio de la puesta en funcionamiento en los próximos meses del tercer acelerador y lo siguiente será la cirugía robotizada de la mano del ‘Da Vinci’, un robot que permitirá intervenciones en urología, cirugía general y ginecología y que representa uno de los grandes avances en las técnicas utilizadas en la sanidad pública andaluza en Almería.
Pues bien, todo ello –que nadie se llame a engaño– es fruto de la gestión realizada por el anterior gobierno socialista y del entonces equipo de gestión del sistema sanitario público andaluz en Almería, aunque ahora los gobernantes de las tres derechas en Andalucía y sus gestores en Almería pretendan apuntárselo como parte de sus logros. Otro ejemplo de todo esto lo encontramos con el hospital Materno Infantil –cuya apertura va a retrasar hasta 2020 como mínimo el nuevo gobierno de las derechas–, con su conexión con el Hospital de Torrecárdenas o con el centro de atención primaria de la Casa del Mar.
Y en esas estamos. Mientras se apuntan los tantos que no les corresponden, ocultan a los ciudadanos lo que realmente están haciendo, que es cambiar cosas para favorecer los negocios en torno a la asistencia sanitaria de los andaluces, cuya atención sanitaria no es lo primero para el gobierno andaluz. Lo primero para ellos es respaldar el negocio que pueden hacer algunos con la asistencia sanitaria. Éste es el verdadero cambiazo en la gestión sanitaria del nuevo gobierno, del que debe estar especialmente pendiente la ciudadanía.
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