Foto: LVE |
Pues del silencio quiero hablarles hoy, del silencio que están manteniendo los responsables de algunas instituciones públicas ante la muerte del niño Sergio Fernández y de Cheik Tiane Kaire, el vecino de Almería que falleció ahogado en el túnel de la capital que se anegó con las lluvias del pasado mes de septiembre.
Cuando, a todas luces, hay razones para ello, no debemos enterrar las desgracias personales sin que se den explicaciones. ¿O no hay razones en los casos de Sergio y Cheik? Yo creo que sí. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué? ¿En qué hemos fallado? ¿Qué vamos a cambiar para evitar estas desgracias de cara al futuro?
Estas son algunas preguntas que desde la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Huércal de Almería deberían responderse tras la muerte del niño Sergio Fernández, aunque solo escuchamos desde el día de su pérdida un silencio preocupante, terrible e indigno.
El padre de Sergio ha relatado lo que ambos habían vivido en los meses previos al fatal desenlace, la Guardia Civil también ha trasladado que envió informes, entre otros lugares, a los servicios sociales de la Diputación de Almería, responsable de los servicios sociales que prestan en el municipio de Huércal de Almería, donde residía Sergio.
En estos días, los trabajadores sociales han apuntado la necesidad de que se marquen prioridades por los responsables de los servicios, que exista mayor coordinación, que se revisen de manera urgente los protocolos de actuación, que se refuercen las plantillas y que se garantice su sustitución inmediata en caso de bajas o ausencia por cualquier motivo, entre otras cuestiones. También el presidente del TSJA sugirió la necesidad de mejorar la comunicación entre las instancias que intervienen en estos casos.
La sociedad civil merece que se abandone ya el silencio atronador que siguen manteniendo los responsables políticos de las tres instituciones que son competentes en asuntos sociales y menores: la Diputación Provincial de Almería, el Ayuntamiento de Huércal de Almería y la Junta de Andalucía.
En cuanto a la muerte de Cheik Tiane en el túnel situado frente al cuartel de la Policía Local de Almería, podríamos hacernos las mismas preguntas: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué aquello es una balsa de tormentas? ¿En qué hemos fallado? ¿Qué vamos a hacer para que nadie se vuelva a ver en esa situación?
Estas preguntas deberían ser respondidas por el Ayuntamiento de Almería, que no ha abierto la boca aunque, curiosamente, ha actuado de manera errática con las lluvias de estos últimos días de octubre. ¿Por qué cierran túneles en la ciudad de Almería a las 6 de la tarde cuando no llueve (como ocurrió la tarde del lunes 21 de octubre) y los abren cuando llueve (en la mañana del martes 22)? Señal de desconcierto, de saber que algo falló en septiembre.
Ante este lamentable suceso, en el Ayuntamiento de Almería lo único que han hecho ha sido intentar pasar de puntillas, esquivando una y otra vez unas preguntas que le resultan incómodas, pero que merecen indudablemente una respuesta. Lo que no es de recibo, de ninguna de las maneras, es guardar silencio. Y no lo es porque sólo si sabemos con detalle lo que ocurrió estaremos en condiciones de corregir lo que, evidentemente, no funcionó.
Como sociedad, no podemos ni debemos permitir que hechos como estos se repitan y deberíamos exigir que los responsables políticos expliquen lo sucedido y hablen de las medidas que haya que tomar, en lugar de extender un manto de preocupante silencio para pasar página.
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