Andalucía se encamina hacia la nueva normalidad inmersa en los mismos torticeros tics en los que se mueve el Gobierno de Moreno Bonilla desde el mismo día en el que echó a andar. El plan de empleo que ha aprobado y que supone un recorte de 100 millones de euros con respecto a los que venían desarrollando los gobiernos socialistas desde 2014, es el último ejemplo de una serie de decisiones –a cada cual peor– que definen perfectamente al gobierno que tenemos en Andalucía.
Nadie entiende que con una crisis como la derivada de la pandemia del coronavirus, que está teniendo tan graves consecuencias en la economía y en el empleo, el Gobierno de Moreno Bonilla sea tan cicatero con los andaluces y andaluzas a la hora de echar una mano a quien más lo necesita: a los desempleados y desempleadas.
Para empezar, el plan AIRE, denominado así por el poco peso de su propuesta, es un corta y pega del aprobado en los años anteriores a la coalición PP-Cs-Vox, pero en una versión reducida. Entre poner más dinero o poner menos dinero, Moreno Bonilla se ha decantado por esto último. Lo lleva en el ADN: donde ve una oportunidad, no se lo piensa, mete la tijera y se esmera en el recorte, como el especialista que es en este tipo de suertes. En el caso de Almería, la reducción de los fondos para este plan de empleo supera los seis millones de euros con respecto a las convocatorias que aprobó en 2018 el gobierno de Susana Díaz.
Este plan no va a permitir que se cubran las necesidades de las grandes poblaciones, como Almería, Roquetas de Mar y El Ejido, o de los medianos y pequeños municipios, donde las cantidades que se destinan para que los ayuntamientos realicen contrataciones son muy pequeñas. En el caso de la capital almeriense, el plan AIRE supone una pérdida de cerca de 600.000 euros con respecto a lo recibido con el último plan de empleo de la Junta aprobado en la etapa del gobierno socialista. En Roquetas de Mar se perderán 821.000 euros y en El Ejido otros 771.000. Menos dinero significa menos empleos y menos oportunidades.
La falta de diligencia del presidente andaluz también la encontramos a la hora de abonar las ayudas de 300 euros que prometió en el mes de abril a los autónomos afectados por el parón de la actividad económica derivado de la pandemia de covid-19. El Gobierno autonómico de PP y Cs insistió mucho en que esos 300 euros tenían como objetivo ayudar a los autónomos a afrontar el pago de la Seguridad Social del mes de abril, aunque ya hemos superado la primera quincena de junio y los expedientes siguen encima de la mesa sin ser pagados. La urgencia de los anuncios no lleva aparejada la urgencia en el cumplimiento y pago de lo que se anuncia.
Frente a esta manera de actuar de Moreno Bonilla, metiendo la tijera a todo lo que hace, el Gobierno de Pedro Sánchez sí está ejecutando importantes medidas, como los 547,8 millones de euros que se han inyectado, con el aval del Gobierno de España, a las empresas almerienses para ayudarlas a afrontar pagos durante el confinamiento y en la posterior fase de vuelta a la normalidad. De la misma manera, el Gobierno central ha puesto a disposición de las comunidades autónomas 16.000 millones de euros para reforzar la sanidad, la educación y las políticas sociales públicas, y a relanzar el turismo se destinarán 4.262 millones de euros.
Frente a esa realidad, Andalucía y Almería no se pueden seguir enfrentando a esta crisis con un gobierno autonómico que está al ralentí, como si no hubiese pasado nada. Ya es hora de que Moreno Bonilla, de una vez por todas, deje de confrontar y comience a gobernar. Seguimos.
Nadie entiende que con una crisis como la derivada de la pandemia del coronavirus, que está teniendo tan graves consecuencias en la economía y en el empleo, el Gobierno de Moreno Bonilla sea tan cicatero con los andaluces y andaluzas a la hora de echar una mano a quien más lo necesita: a los desempleados y desempleadas.
Para empezar, el plan AIRE, denominado así por el poco peso de su propuesta, es un corta y pega del aprobado en los años anteriores a la coalición PP-Cs-Vox, pero en una versión reducida. Entre poner más dinero o poner menos dinero, Moreno Bonilla se ha decantado por esto último. Lo lleva en el ADN: donde ve una oportunidad, no se lo piensa, mete la tijera y se esmera en el recorte, como el especialista que es en este tipo de suertes. En el caso de Almería, la reducción de los fondos para este plan de empleo supera los seis millones de euros con respecto a las convocatorias que aprobó en 2018 el gobierno de Susana Díaz.
Este plan no va a permitir que se cubran las necesidades de las grandes poblaciones, como Almería, Roquetas de Mar y El Ejido, o de los medianos y pequeños municipios, donde las cantidades que se destinan para que los ayuntamientos realicen contrataciones son muy pequeñas. En el caso de la capital almeriense, el plan AIRE supone una pérdida de cerca de 600.000 euros con respecto a lo recibido con el último plan de empleo de la Junta aprobado en la etapa del gobierno socialista. En Roquetas de Mar se perderán 821.000 euros y en El Ejido otros 771.000. Menos dinero significa menos empleos y menos oportunidades.
La falta de diligencia del presidente andaluz también la encontramos a la hora de abonar las ayudas de 300 euros que prometió en el mes de abril a los autónomos afectados por el parón de la actividad económica derivado de la pandemia de covid-19. El Gobierno autonómico de PP y Cs insistió mucho en que esos 300 euros tenían como objetivo ayudar a los autónomos a afrontar el pago de la Seguridad Social del mes de abril, aunque ya hemos superado la primera quincena de junio y los expedientes siguen encima de la mesa sin ser pagados. La urgencia de los anuncios no lleva aparejada la urgencia en el cumplimiento y pago de lo que se anuncia.
Frente a esta manera de actuar de Moreno Bonilla, metiendo la tijera a todo lo que hace, el Gobierno de Pedro Sánchez sí está ejecutando importantes medidas, como los 547,8 millones de euros que se han inyectado, con el aval del Gobierno de España, a las empresas almerienses para ayudarlas a afrontar pagos durante el confinamiento y en la posterior fase de vuelta a la normalidad. De la misma manera, el Gobierno central ha puesto a disposición de las comunidades autónomas 16.000 millones de euros para reforzar la sanidad, la educación y las políticas sociales públicas, y a relanzar el turismo se destinarán 4.262 millones de euros.
Frente a esa realidad, Andalucía y Almería no se pueden seguir enfrentando a esta crisis con un gobierno autonómico que está al ralentí, como si no hubiese pasado nada. Ya es hora de que Moreno Bonilla, de una vez por todas, deje de confrontar y comience a gobernar. Seguimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario