El presidente del Gobierno de las derechas en Andalucía ha disfrutado durante esta semana de unas horas de turismo por nuestra provincia; un tiempo que ha dedicado a inaugurar obras en las que sus consejeros y consejeras no han tenido que mover ni un solo dedo. Trabajar, lo que se dice trabajar, no es algo en lo que destaque Moreno Bonilla, que sí se siente más cómodo viviendo de las rentas de lo que dejó programado, licitado o en ejecución el anterior gobierno socialista.
Uno de los ejemplos más claros de esto nos lo encontramos en el hábil corte de cinta que realizó de las obras del desdoblamiento de la Garrucha-Vera, un proyecto que es fruto de la voluntad de los gobiernos socialistas para apoyar el desarrollo de la comarca del Levante almeriense y que el actual gobierno de la Junta se encontró con el 60% realizado, con la constructora contratada, con los proyectos de modificación en marcha y con la financiación presupuestada. En definitiva, lista para finalizarla.
Algo parecido le ha pasado con el Materno Infantil, una obra que el gobierno de PP y Ciudadanos se encontró prácticamente lista para su apertura y cuya puesta en marcha ha estado dilatando en el tiempo, debido fundamentalmente a su incapacidad y desidia.
En todo caso, los dirigentes del PP de Almería no le pueden pedir a Moreno Bonilla que solo venga a cortar cintas de otros, deben exigirle que su gobierno dé un paso al frente y ponga en marcha todo lo que tiene pendiente, como es el caso del hospital de Roquetas de Mar, por el que a Amat solo le faltó encadenarse y ya ven por dónde vamos: sin una sola noticia de lo que antes era máxima prioridad mundial.
Los socialistas sí seguimos pensando que el segundo hospital del Poniente es necesario, que es necesario hacerlo en Roquetas de Mar y que tiene que ser cien por cien público. El Gobierno de Moreno Bonilla tiene que empezar a explicar ya qué está pasando con esta obra, qué plazos contempla para comenzar a meter las máquinas y cuándo prevé su apertura. Lo mismo ocurre con las nuevas urgencias de Roquetas de Mar o con la ampliación prevista en el Hospital de Poniente de El Ejido. Venir de turismo a Almería está muy bien, pero venir a ayudar y a trabajar por esta tierra estaría mucho mejor.
También necesitamos saber qué pasa con el nuevo edificio de especialidades del hospital de Torrecárdenas que nos birló su Gobierno a todos los almerienses y cuyas obras fueron adjudicadas por 10,5 millones de euros hace justo un año. Nada sabemos de esas nuevas consultas externas que terminó defenestrando la Junta a primeros de año con el silencio cómplice del alcalde de Almería, del que no hay constancia de que haya escrito carta alguna a Moreno Bonilla pidiéndole explicaciones sobre este grave asunto.
También llama la atención el silencio que existe con el Conservatorio de la capital, que ha dejado de ser una prioridad para la Junta, tanto como la construcción de nuevos centros educativos en municipios como El Ejido, donde las ratios –el número de alumnos por clase– están disparadas.
No es que no se haya movido ni una sola piedra en todo esto, es que no se ha movido ni tan siquiera un papel. 2019 y 2020 van a ser dos años en blanco para Almería con el actual gobierno andaluz, dos años en los que no se ha avanzado nada en ningún nuevo proyecto, más allá de concluir lo que se encontraba ya en ejecución.
A la vista de los hechos o más bien de lo que no se ha hecho, podemos concluir que lo que practica Moreno Bonilla con Almería no llega a ser ni turismo activo, más bien podríamos situarlo en el ámbito del turismo de hamaca.
Uno de los ejemplos más claros de esto nos lo encontramos en el hábil corte de cinta que realizó de las obras del desdoblamiento de la Garrucha-Vera, un proyecto que es fruto de la voluntad de los gobiernos socialistas para apoyar el desarrollo de la comarca del Levante almeriense y que el actual gobierno de la Junta se encontró con el 60% realizado, con la constructora contratada, con los proyectos de modificación en marcha y con la financiación presupuestada. En definitiva, lista para finalizarla.
Algo parecido le ha pasado con el Materno Infantil, una obra que el gobierno de PP y Ciudadanos se encontró prácticamente lista para su apertura y cuya puesta en marcha ha estado dilatando en el tiempo, debido fundamentalmente a su incapacidad y desidia.
En todo caso, los dirigentes del PP de Almería no le pueden pedir a Moreno Bonilla que solo venga a cortar cintas de otros, deben exigirle que su gobierno dé un paso al frente y ponga en marcha todo lo que tiene pendiente, como es el caso del hospital de Roquetas de Mar, por el que a Amat solo le faltó encadenarse y ya ven por dónde vamos: sin una sola noticia de lo que antes era máxima prioridad mundial.
Los socialistas sí seguimos pensando que el segundo hospital del Poniente es necesario, que es necesario hacerlo en Roquetas de Mar y que tiene que ser cien por cien público. El Gobierno de Moreno Bonilla tiene que empezar a explicar ya qué está pasando con esta obra, qué plazos contempla para comenzar a meter las máquinas y cuándo prevé su apertura. Lo mismo ocurre con las nuevas urgencias de Roquetas de Mar o con la ampliación prevista en el Hospital de Poniente de El Ejido. Venir de turismo a Almería está muy bien, pero venir a ayudar y a trabajar por esta tierra estaría mucho mejor.
También necesitamos saber qué pasa con el nuevo edificio de especialidades del hospital de Torrecárdenas que nos birló su Gobierno a todos los almerienses y cuyas obras fueron adjudicadas por 10,5 millones de euros hace justo un año. Nada sabemos de esas nuevas consultas externas que terminó defenestrando la Junta a primeros de año con el silencio cómplice del alcalde de Almería, del que no hay constancia de que haya escrito carta alguna a Moreno Bonilla pidiéndole explicaciones sobre este grave asunto.
También llama la atención el silencio que existe con el Conservatorio de la capital, que ha dejado de ser una prioridad para la Junta, tanto como la construcción de nuevos centros educativos en municipios como El Ejido, donde las ratios –el número de alumnos por clase– están disparadas.
No es que no se haya movido ni una sola piedra en todo esto, es que no se ha movido ni tan siquiera un papel. 2019 y 2020 van a ser dos años en blanco para Almería con el actual gobierno andaluz, dos años en los que no se ha avanzado nada en ningún nuevo proyecto, más allá de concluir lo que se encontraba ya en ejecución.
A la vista de los hechos o más bien de lo que no se ha hecho, podemos concluir que lo que practica Moreno Bonilla con Almería no llega a ser ni turismo activo, más bien podríamos situarlo en el ámbito del turismo de hamaca.
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