domingo, 18 de noviembre de 2012

Qué podemos hacer


En la manifestación del 14N en Almería junto a Juan Pallarés (CCOO) y José Ginel (UGT)

La presencia masiva de decenas de miles de ciudadanos en las calles el pasado miércoles, pidiendo al gobierno de Rajoy que rectifique, que cambie sus políticas erróneas que nos están llevando - después de un año - a estar mucho peor de lo que estábamos, han permitido desterrar de la memoria colectiva la idea de que la protesta, la presión social, la sana expresión del descontento, es inútil. La presión social, después de que uno vota en unas elecciones, es la única arma que tienen los ciudadanos para hacer oír su voz y para intentar cambiar la actitud y las decisiones de un gobierno, cuando entienden que ese gobierno está gobernando en su contra. 


Y no debería ser preciso que esa presión social llegue al extremo de que se tengan que manifestar miles y miles de ciudadanos en todo el país, tantas veces ya, para que rectifiquen y cambien sus políticas, o que se tenga que llegar por parte de algunos ciudadanos al extremo de quitarse la vida para que la angustia social de los desahucios haga que el gobierno mueva un dedo. Porque no nos engañemos, no han movido más que un dedo. Se debe ir más lejos, con una renegociación de plazos y cuantías, con quitas incluidas, con la dación en pago regulada, con efectos retroactivos, reformando la legislación sobre la materia, y con alquileres sociales para los afectados. Claro que si hubiese sido valiente el Gobierno y hubiese hecho esto, la derecha económica iría a por Rajoy, porque ya no le serviría para sacar adelante sus intereses.

Debería ser suficiente con tener un gobierno con sentido común, que observa y escucha a los ciudadanos, que trata de descubrir cuál es el sentido común de esa sociedad, para que sus decisiones, sus decretos, sus acuerdos y las leyes que saque adelante estén preñadas de sentido común y no de una irracionalidad económica o de una descarada huida hacia la defensa de los intereses de quienes no representan a la mayoría social de esa sociedad, aunque sí a los que más dinero tienen en esta sociedad.

De manera muy simple, podríamos decir que la democracia expresa el poder de las personas y el mercado el poder del dinero. El Gobierno de Rajoy, y por supuesto el Partido Popular allí donde gobierna, pretende cambiar algo tan sencillo como eso para que la democracia exprese el poder del dinero. Sin embargo, con la presión social de todos podemos evitar esa estrategia de la derecha económica. No tenemos otros medios que la fuerza de las personas y con esa fuerza se van dando pasos y se van consiguiendo cosas, aunque no todas las que nos gustarían y al ritmo necesario. Por eso seguiremos insistiendo, trabajando incansablemente hasta alcanzar los objetivos que como sociedad tenemos, que no son otros que las prioridades que nos marcan los ciudadanos y, especialmente, los colectivos más desfavorecidos.

Ya es hora de que Rajoy y su gobierno se bajen del pedestal y oigan el clamor de la calle contra su demoledora política de recortes de derechos. Es el momento de que escuchen lo que miles de almerienses decían en la multitudinaria manifestación que recorrió las calles de Almería el pasado miércoles. Deben, sin más dilación, rectificar cuanto antes. Y por el bien de todos, escuchar a la sociedad española, y muy especialmente a la almeriense, que ha dicho un rotundo no al Ejecutivo del Partido Popular.

Ya es hora también de que el PP entienda que el desempleo es el problema más grave al que se enfrentan los ciudadanos y exija al Gobierno de Rajoy un Plan Especial de Empleo para Andalucía y Almería que ponga solución a la alta tasa de paro que sufre nuestra provincia. No es de recibo que el Ejecutivo del PP discrimine de la manera que lo está haciendo a Andalucía - cuando sí que ha arbitrado estas ayudas en Extremadura o Canarias - y que los dirigentes provinciales del Partido Popular bajen la mirada y callen mientras cada día son más los almerienses en riesgo de exclusión social. Los socialistas vamos a seguir plantando cara a la desvergüenza del Partido Popular y a poner pié en pared al desmantelamiento del Estado Social que está realizando el Gobierno de Rajoy, empujando a la desesperanza a una sociedad que se siente estafada por el PP y que siente que ha llegado su hora. La hora de los ciudadanos.

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