viernes, 19 de agosto de 2011

FERIAS Y FERIANTES


Aunque durante todo el año, casi siempre en función del santoral, se reparten los días de fiestas en el calendario, es en los días de verano, muy especialmente en el mes de agosto, cuando más ferias y fiestas se celebran en los pueblos de nuestra provincia. Son unos momentos señalados en nuestras vidas, que nos permiten reencontrarnos con nuestras costumbres y tradiciones, practicar nuestras aficiones o simplemente disfrutar de la familia y  los amigos, que no es poco.


La feria y fiestas, son una parte muy importarte de nuestra cultura popular, costumbres que de forma natural, desde la infancia hacemos nuestras de la mano de nuestros mayores. Con el transcurrir de los años, ya somos cada uno de nosotros los que vamos afianzando el valor de la convivencia que se produce en los días de feria, como un aporte esencial de vivencias para nuestras vidas, que nos enriquecen como personas y, llegado el momento, hacemos con nuestros hijos lo que nuestros padres hicieron con nosotros: dar continuidad a esa fuente de afectos que es una feria, que alimenta el sentimiento de pertenencia a un determinado lugar así como el amor a sus  tradiciones, que son la expresión de nuestra historia colectiva, de lo que somos y aspiramos a ser como sociedad.

Aunque el término feriantes lo empleamos para referirnos sólo a una parte de los que están en una feria, para mi feriantes somos todos los que de manera activa, con nuestra actitud y comportamiento, contribuimos a generar el ambiente mágico que envuelve a pueblos y ciudades en los días de feria y fiestas, es decir, tanto los que acudimos a la feria a disfrutar de un tiempo de ocio y de relajación, como los que trabajan en ella para que lo pasen bien niños, mayores, jóvenes y familias.

Tengo que reconocer que por el tiempo que he pasado vinculado a la vida municipal, como Alcalde y concejal, me siento especialmente identificado con los que trabajan en una feria, tanto en su organización y desarrollo, como con los que se ganan la vida con la economía que toda feria genera, que son muchos, ellos que son nómadas, que recorren nuestra geografía, viviendo entre nosotros durante unos días para sembrar ilusión a la vez que recogen los ingresos que les van a permitir vivir durante el año o al menos complementar las rentas para su economía familiar.

Siempre he visto en los días de feria y fiestas, una oportunidad para generar en todo pueblo la energía positiva que se necesita para afrontar los retos y metas que sirven para edificar su progreso; una fuente de ilusión y de confianza, que funciona año tras año, gracias al trabajo, al esfuerzo, al compromiso y a la actitud constructiva de todos los feriantes.
         

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