Hemos asistido esta semana a una mala obra de teatro protagonizada por el Gobierno de Rajoy con unos secundarios de lujo en Almería que, a pesar de plantearse como una comedia, no le ha hecho ni una pizca de gracia a la sociedad almeriense.
Como pueden imaginar, me refiero a los Presupuestos del Estado de 2014 para Almería. Unas cuentas, que como las de la lechera, solo son posibles en una ensoñación, porque estoy seguro de que ni siquiera se las creen los ideólogos de este engaño. Y así lo ha dejado entrever ya el propio presidente del PP en Almería, Gabriel Amat, que con la boca pequeña reconoce que no han hecho casi nada de lo que dijeron para 2013.
Hay dos partidas, las dedicadas a la conexión a través de Alta Velocidad con Murcia y la que se destina a la desaladora del Campo de Dalías, que cumplen a rajatabla el manual de cómo mentir y engordar unos prepuestos. Me explico. El Gobierno reconoce, en la documentación provincializada facilitada por el ministro Montoro para el próximo año, que de los 100 millones que se contemplan para el AVE en 2013, a finales de año, en el mejor de los casos, solo se habrán gastado 25. En julio esa cantidad era de 14 millones, tal y como nos reconocen en el Congreso de los Diputados.
En 2014 aparece la misma partida de 100 millones de euros y mucho nos tememos que si no ha habido obra nueva en 2013 y solo van a invertir una cuarta parte de lo presupuestado, tampoco la habrá el próximo año y, por lo tanto, no gastarán nada de esos 100 millones. Entre otras cosas, porque no se les ve la intención de licitar pronto alguno de los proyectos ya redactados que tiene guardados en un cajón el Ministerio de Fomento. Y es que, para que se ejecuten obras, primero hay que licitar, después adjudicar y, por último, comenzarlas. ¿Es posible esto? Sí, es posible. Pero es posible si ya, en estos meses, se saca a concurso alguno de los tramos pendientes. Así de sencillo.
La realidad es tozuda y lo que ha quedado claro es que Almería ha perdido un año completo en 2013 y perderá otro en 2014. No solo por el frenazo al AVE sino porque si analizamos los presupuestos de 2014 partida a partida nos encontramos que son un calco de los del año pasado, porque no se gastaron nada de lo que dijeron y lo que no se gasta se pierde, así de claro y así de rotundo. Por eso, estamos convencidos de que son una gran mentira, una estafa, un engaño calculado, que sitúa a Almería a la cabeza de España en el ranking de las mayores mentiras que ha podido contar el PP con estos presupuestos.
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