Las cifras de paro que soportamos en nuestra provincia son, sin duda, la principal preocupación de todos los almerienses. De todos aquellos que ven con inquietud como en el pasado mes de febrero volvía a aumentar el desempleo en más de 1.200 personas. De esta manera, casi 70.000 almerienses, según los últimos datos publicados, se encuentran sin empleo y cada día se enfrentan a la necesidad de conseguirlo. Otros muchos, incluso contando con un contrato, no ganan lo suficiente para poder sacar a su familia adelante.
La realidad, por lo tanto, sigue siendo muy complicada en nuestra tierra y en el conjunto de España, donde persiste igualmente un índice de paro que se ha agravado como consecuencia de estos años de crisis económica. Reconocer este problema, sin embargo, no supone de ninguna manera que no estemos en la obligación de seguir poniendo encima de la mesa las medidas necesarias para poder superarlo.
Desde el primer día en que el Gobierno andaluz tomó posesión, el Ejecutivo que preside Susana Díaz ha tenido como primera prioridad combatir esa insoportable tasa de desempleo que padecemos, a la vez que llevar a cabo una férrea defensa del Estado de Bienestar, recuperando derechos sociales, como muro de contención de las desigualdades que han ido creciendo durante estos años debido a la crisis económica y a las políticas de recortes aplicadas por el Gobierno central.
En este sentido, el Gobierno andaluz ha incluido en los presupuestos de este año un potente paquete de medidas dirigidas a la reactivación económica, a la creación de empleo, a la consolidación del Estado de Bienestar y a la recuperación de derechos. Se destinan, de esta manera, 2.037 millones para combatir directamente el desempleo. Más de la mitad de esa cantidad, concretamente 1.141, corresponden a la política de fomento del empleo, que crece un 25,5%.
La presidenta de la Junta de Andalucía, en su discurso de Investidura, se comprometió a adoptar un conjunto de iniciativas tendentes a favorecer el empleo y el crecimiento económico, y en esa tarea se está empleando a fondo el Gobierno andaluz. El objetivo es, tal y como volvió a recordar recientemente en el Parlamento andaluz, avanzar en un nuevo modelo con una economía más productiva, más innovadora y con mayor valor añadido.
Medidas para favorecer el emprendimiento y eliminar barreras de entrada y trabas innecesarias a muchas actividades económicas, se presentan como una de las vías necesarias para avanzar en ese sentido. Además, el desarrollo de la Ley de Medidas Urgentes para Favorecer la Inserción Laboral, la Estabilidad en el Empleo, el Retorno del Talento y el Fomento del Trabajo Autónomo apuntalan ese objetivo.
De otro lado, se avanza en el Plan Estratégico para la Agroindustria Andaluza 2016-2020, que va a sentar las bases de las políticas de apoyo a esta actividad clave de la economía regional y que tendrá en nuestra provincia una especial incidencia. Igualmente, se va a presentar al sector un primer proyecto de Ley Integral de Agricultura para dar un nuevo impulso en la mejora de las estructuras agrarias, en la modernización y redimensionamiento de las explotaciones, en el I+D+i aplicado al sector agrario y en la incorporación de jóvenes a esta actividad económica.
El camino de la recuperación económica y del empleo no va a ser sencillo, pero estoy convencido de que en Andalucía se están dando los pasos precisos para que definitivamente consigamos alcanzar, mediante estas y otras medidas, el ritmo de crecimiento necesario para generar ese empleo digno y de calidad que imperiosamente necesitamos.
La realidad, por lo tanto, sigue siendo muy complicada en nuestra tierra y en el conjunto de España, donde persiste igualmente un índice de paro que se ha agravado como consecuencia de estos años de crisis económica. Reconocer este problema, sin embargo, no supone de ninguna manera que no estemos en la obligación de seguir poniendo encima de la mesa las medidas necesarias para poder superarlo.
Desde el primer día en que el Gobierno andaluz tomó posesión, el Ejecutivo que preside Susana Díaz ha tenido como primera prioridad combatir esa insoportable tasa de desempleo que padecemos, a la vez que llevar a cabo una férrea defensa del Estado de Bienestar, recuperando derechos sociales, como muro de contención de las desigualdades que han ido creciendo durante estos años debido a la crisis económica y a las políticas de recortes aplicadas por el Gobierno central.
En este sentido, el Gobierno andaluz ha incluido en los presupuestos de este año un potente paquete de medidas dirigidas a la reactivación económica, a la creación de empleo, a la consolidación del Estado de Bienestar y a la recuperación de derechos. Se destinan, de esta manera, 2.037 millones para combatir directamente el desempleo. Más de la mitad de esa cantidad, concretamente 1.141, corresponden a la política de fomento del empleo, que crece un 25,5%.
La presidenta de la Junta de Andalucía, en su discurso de Investidura, se comprometió a adoptar un conjunto de iniciativas tendentes a favorecer el empleo y el crecimiento económico, y en esa tarea se está empleando a fondo el Gobierno andaluz. El objetivo es, tal y como volvió a recordar recientemente en el Parlamento andaluz, avanzar en un nuevo modelo con una economía más productiva, más innovadora y con mayor valor añadido.
Medidas para favorecer el emprendimiento y eliminar barreras de entrada y trabas innecesarias a muchas actividades económicas, se presentan como una de las vías necesarias para avanzar en ese sentido. Además, el desarrollo de la Ley de Medidas Urgentes para Favorecer la Inserción Laboral, la Estabilidad en el Empleo, el Retorno del Talento y el Fomento del Trabajo Autónomo apuntalan ese objetivo.
De otro lado, se avanza en el Plan Estratégico para la Agroindustria Andaluza 2016-2020, que va a sentar las bases de las políticas de apoyo a esta actividad clave de la economía regional y que tendrá en nuestra provincia una especial incidencia. Igualmente, se va a presentar al sector un primer proyecto de Ley Integral de Agricultura para dar un nuevo impulso en la mejora de las estructuras agrarias, en la modernización y redimensionamiento de las explotaciones, en el I+D+i aplicado al sector agrario y en la incorporación de jóvenes a esta actividad económica.
El camino de la recuperación económica y del empleo no va a ser sencillo, pero estoy convencido de que en Andalucía se están dando los pasos precisos para que definitivamente consigamos alcanzar, mediante estas y otras medidas, el ritmo de crecimiento necesario para generar ese empleo digno y de calidad que imperiosamente necesitamos.
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