La presencia, esta semana, de 18 empresas almerienses en Fruit Logistica, la mayor plataforma mundial de innovación en el comercio de frutas y hortalizas, es un indicativo claro de la fortaleza del sector hortícola almeriense. Nuestra provincia ha sido la que más representantes ha aportado al total de 63 entidades andaluzas que han aprovechado la cita alemana para reforzar las relaciones con sus socios comerciales, establecer contactos con nuevos clientes y, en definitiva, dar a conocer su oferta.
La Junta de Andalucía, como no podía ser de otra manera, ha vuelto a arropar a las empresas y entidades almerienses y andaluzas a través de la agencia de promoción exterior Extenda, dependiente de la Consejería de Economía, que ha facilitado la participación de 38 expositores bajo el paraguas del Gobierno andaluz y ha hecho posible que otras ocho entidades también participen en la feria, con una misión comercial prospectiva.
La máxima responsable de la Consejería de Agricultura, la almeriense Carmen Ortiz, también ha estado presente en Berlín con una intensa agenda, como muestra del firme apoyo del Gobierno andaluz al sector.
En este sentido, quiero recordar que la Consejería de Agricultura gestiona diversas líneas de ayudas de las que se benefician los productores hortofrutícolas almerienses, como las ayudas a la modernización de invernaderos, dotadas con más de 20 millones de euros; las subvenciones para los programas operativos de las OPFH, que en 2017 cuentan con más de 96 millones de euros concedidos (56 millones para entidades de Almería); o los incentivos para Grupos Operativos de Innovación, dotados con casi 7,5 millones de euros y que han tenido una gran demanda en el sector hortofrutícola.
A estas actuaciones hay que sumar las líneas de actuación en materia de gestión de restos vegetales, que se están poniendo en marcha con el fin de impulsar unas producciones más sostenibles, o las ayudas agroambientales para cultivos hortícolas intensivos que se convocarán este año, con un presupuesto cercano a los 11 millones de euros.
La Junta de Andalucía no vacila en su apoyo a la agricultura almeriense, como pilar fundamental de la economía andaluza que es. Esta actitud, sin embargo, no la encontramos en otras administraciones, que no sólo no ayudan, sino que parecen estar obsesionadas por obstaculizar el crecimiento de nuestro campo.
Me estoy refiriendo, en concreto, al Gobierno central, que, desde que tiene a Rajoy al frente, no deja de darle ‘palos’ a la agricultura de Almería. Lo está haciendo, por ejemplo, al mantener bloqueado el AVE con Murcia, a sabiendas de que éste sería el medio ideal para sacar la producción agrícola de Almería de forma más barata, más rápida y menos contaminante.
También fue Rajoy el que impuso el ‘tarifazo eléctrico’ a nuestros regantes o el que nos mantiene discriminados con respecto a los agricultores de Murcia, al estar bonificando allí el agua desalada, mientras que aquí se niega a hacerlo. Por si fuera poco, en los últimos cinco años no se ha producido ningún avance en las infraestructuras hídricas de la provincia. La desaladora del Campo de Dalías sigue a medio gas y no se hecho nada por la Balsa del Sapo, ni por las conducciones de Tabernas, ni para adquirir la desaladora de Rambla Morales, ni para ampliar la de Carboneras ni para reparar la de Palomares. Nada de nada.
Nuestra agricultura tiene un gran presente y un mejor futuro, pero será mucho más fácil alcanzarlo si cada una de las administraciones implicadas arrima el hombro. El Gobierno andaluz ya lo está haciendo. Falta, ahora, que allí donde gobierna el Partido Popular dejen de poner palos en las ruedas y se decidan a remar en la misma dirección que lo estamos haciendo el resto.
La Junta de Andalucía, como no podía ser de otra manera, ha vuelto a arropar a las empresas y entidades almerienses y andaluzas a través de la agencia de promoción exterior Extenda, dependiente de la Consejería de Economía, que ha facilitado la participación de 38 expositores bajo el paraguas del Gobierno andaluz y ha hecho posible que otras ocho entidades también participen en la feria, con una misión comercial prospectiva.
La máxima responsable de la Consejería de Agricultura, la almeriense Carmen Ortiz, también ha estado presente en Berlín con una intensa agenda, como muestra del firme apoyo del Gobierno andaluz al sector.
En este sentido, quiero recordar que la Consejería de Agricultura gestiona diversas líneas de ayudas de las que se benefician los productores hortofrutícolas almerienses, como las ayudas a la modernización de invernaderos, dotadas con más de 20 millones de euros; las subvenciones para los programas operativos de las OPFH, que en 2017 cuentan con más de 96 millones de euros concedidos (56 millones para entidades de Almería); o los incentivos para Grupos Operativos de Innovación, dotados con casi 7,5 millones de euros y que han tenido una gran demanda en el sector hortofrutícola.
A estas actuaciones hay que sumar las líneas de actuación en materia de gestión de restos vegetales, que se están poniendo en marcha con el fin de impulsar unas producciones más sostenibles, o las ayudas agroambientales para cultivos hortícolas intensivos que se convocarán este año, con un presupuesto cercano a los 11 millones de euros.
La Junta de Andalucía no vacila en su apoyo a la agricultura almeriense, como pilar fundamental de la economía andaluza que es. Esta actitud, sin embargo, no la encontramos en otras administraciones, que no sólo no ayudan, sino que parecen estar obsesionadas por obstaculizar el crecimiento de nuestro campo.
Me estoy refiriendo, en concreto, al Gobierno central, que, desde que tiene a Rajoy al frente, no deja de darle ‘palos’ a la agricultura de Almería. Lo está haciendo, por ejemplo, al mantener bloqueado el AVE con Murcia, a sabiendas de que éste sería el medio ideal para sacar la producción agrícola de Almería de forma más barata, más rápida y menos contaminante.
También fue Rajoy el que impuso el ‘tarifazo eléctrico’ a nuestros regantes o el que nos mantiene discriminados con respecto a los agricultores de Murcia, al estar bonificando allí el agua desalada, mientras que aquí se niega a hacerlo. Por si fuera poco, en los últimos cinco años no se ha producido ningún avance en las infraestructuras hídricas de la provincia. La desaladora del Campo de Dalías sigue a medio gas y no se hecho nada por la Balsa del Sapo, ni por las conducciones de Tabernas, ni para adquirir la desaladora de Rambla Morales, ni para ampliar la de Carboneras ni para reparar la de Palomares. Nada de nada.
Nuestra agricultura tiene un gran presente y un mejor futuro, pero será mucho más fácil alcanzarlo si cada una de las administraciones implicadas arrima el hombro. El Gobierno andaluz ya lo está haciendo. Falta, ahora, que allí donde gobierna el Partido Popular dejen de poner palos en las ruedas y se decidan a remar en la misma dirección que lo estamos haciendo el resto.
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