Nos hemos plantado en febrero y la promesa del diputado del PP por Almería Rafael Hernando de que las obras del AVE entre Pulpí y Cuevas arrancarían durante el mes de enero ha ingresado en un cajón que está ya a rebosar: el de las mentiras del Partido Popular. Por si a estas alturas quedaba alguna duda, la palabra de Rafael Hernando no vale nada.
El pasado 4 de enero, en unas declaraciones públicas, el también portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, aseguró que a lo largo del mes de enero la empresa Sacyr comenzaría las esperadas obras del tramo de AVE entre Pulpí y Cuevas, que fue adjudicado en julio de 2015 y que lleva, por tanto, año y medio durmiendo el sueño de los justos.
Una bonita promesa la del arranque de las obras si hubiera sido verdad. Unan a este nuevo despropósito que la conexión por Alta Velocidad con Granada no se llevará a cabo hasta después de 2030 y que los trenes accesibles que cubren la línea Almería-Madrid para personas con discapacidad –anunciados por el Gobierno para primeros de este año– también se retrasan y comprenderán por qué hay que decir alto y fuerte: ¡basta ya !
La historia del Partido Popular con el AVE en nuestra provincia es una larga sucesión de engaños y excusas, como lo demuestra que a día de hoy llevemos la friolera de 1.631 días sin que se haya puesto ni una sola máquina a trabajar. En este tiempo nos han contado milongas de todo tipo, pero la realidad era solo una: no tienen ningún interés por hacer que la alta velocidad llegue a Almería.
Después de que el anterior gobierno socialista diera un impulso dedicido a las obras, culminando los tramos más complejos, como era el de los túneles de Sorbas, la llegada del PP al Gobierno de España supuso un frenazo en seco. En cinco años, sólo han licitado un tramo, justamente el de Pulpí-Cuevas, pero vemos que no ha valido de nada, porque las obras no empiezan.
En estos cinco años, además, nos han prometido año tras año cantidades que no se gastaban. El cómputo total arroja la escandalosa cifra de 417 millones de euros: 417 millones que se han ido incluyendo en los Presupuestos Generales del Estado para el AVE de Almería pero que no se han gastado.
Este resumen de los hechos fue el que, a grandes líneas, expusimos esta semana en la reunión de la Mesa de las Infraestructuras, un foro que supuestamente nació para reivindicar las obras que necesita la provincia, pero que sospechosamente ha fallado a su convocatoria anual en varias ocasiones desde que gobierna el PP.
Ante el relato edulcorado de los hechos con que se pretendió zanjar la reunión y ante nueva la tomadura de pelo del presidente del PP, Gabriel Amat, que quiso dar una nueva fecha –2020– para la llegada del AVE a Almería –pero no a la capital, ojo, sino a ¡Vera!– no pudimos permanecer callados. El representante socialista en la Mesa, mi compañero Rodrigo Sánchez, decidió intervenir ante la prensa –igual que había hecho Gabriel Amat– para explicar nuestra postura y reclamar lo que los socialistas creemos que es de justicia: que este año se inviertan 500 millones para traer el AVE a Almería. No es ninguna cifra sacada de la manga, ni ninguna barbaridad, simplemente es el resultado de sumar los 417 millones perdidos a los 100 que nos corresponderían este año según las cuentas del PP.
Este planteamiento, que es de sentido común, debió de escandalizar mucho al presidente del PP de Almería, presidente de la Diputación y alcalde de Roquetas, el señor Gabriel Amat, que decidió responder con un portazo: se levantó de la mesa y, con un desprecio absoluto por el resto de representantes, se marchó.
Los almerienses no nos merecemos espectáculos como éste. No nos merecemos que el Partido Popular nos engañe cada vez que se pone delante de un micrófono, con promesas falsas que les están valiendo para ganar elecciones, pero que no sirven para nada más. No queremos que nos prometan que el AVE llegará Vera para 2020: queremos que este mismo año repongan todo el dinero que nos han sisado y que las obras vuelvan a coger el ritmo que llevaban antes de 2012.
En cuanto a la Mesa de las Infraestructuras, de poco puede servir un foro nacido para reivindicar que no reivindica nada. Posturas tibias como la que llevan manteniendo de un tiempo a esta parte terminarán pasándoles factura. Convertirse cómplice de las barrabasadas que ha hecho el PP tiene sus consecuencias.
El pasado 4 de enero, en unas declaraciones públicas, el también portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, aseguró que a lo largo del mes de enero la empresa Sacyr comenzaría las esperadas obras del tramo de AVE entre Pulpí y Cuevas, que fue adjudicado en julio de 2015 y que lleva, por tanto, año y medio durmiendo el sueño de los justos.
Una bonita promesa la del arranque de las obras si hubiera sido verdad. Unan a este nuevo despropósito que la conexión por Alta Velocidad con Granada no se llevará a cabo hasta después de 2030 y que los trenes accesibles que cubren la línea Almería-Madrid para personas con discapacidad –anunciados por el Gobierno para primeros de este año– también se retrasan y comprenderán por qué hay que decir alto y fuerte: ¡basta ya !
La historia del Partido Popular con el AVE en nuestra provincia es una larga sucesión de engaños y excusas, como lo demuestra que a día de hoy llevemos la friolera de 1.631 días sin que se haya puesto ni una sola máquina a trabajar. En este tiempo nos han contado milongas de todo tipo, pero la realidad era solo una: no tienen ningún interés por hacer que la alta velocidad llegue a Almería.
Después de que el anterior gobierno socialista diera un impulso dedicido a las obras, culminando los tramos más complejos, como era el de los túneles de Sorbas, la llegada del PP al Gobierno de España supuso un frenazo en seco. En cinco años, sólo han licitado un tramo, justamente el de Pulpí-Cuevas, pero vemos que no ha valido de nada, porque las obras no empiezan.
En estos cinco años, además, nos han prometido año tras año cantidades que no se gastaban. El cómputo total arroja la escandalosa cifra de 417 millones de euros: 417 millones que se han ido incluyendo en los Presupuestos Generales del Estado para el AVE de Almería pero que no se han gastado.
Este resumen de los hechos fue el que, a grandes líneas, expusimos esta semana en la reunión de la Mesa de las Infraestructuras, un foro que supuestamente nació para reivindicar las obras que necesita la provincia, pero que sospechosamente ha fallado a su convocatoria anual en varias ocasiones desde que gobierna el PP.
Ante el relato edulcorado de los hechos con que se pretendió zanjar la reunión y ante nueva la tomadura de pelo del presidente del PP, Gabriel Amat, que quiso dar una nueva fecha –2020– para la llegada del AVE a Almería –pero no a la capital, ojo, sino a ¡Vera!– no pudimos permanecer callados. El representante socialista en la Mesa, mi compañero Rodrigo Sánchez, decidió intervenir ante la prensa –igual que había hecho Gabriel Amat– para explicar nuestra postura y reclamar lo que los socialistas creemos que es de justicia: que este año se inviertan 500 millones para traer el AVE a Almería. No es ninguna cifra sacada de la manga, ni ninguna barbaridad, simplemente es el resultado de sumar los 417 millones perdidos a los 100 que nos corresponderían este año según las cuentas del PP.
Este planteamiento, que es de sentido común, debió de escandalizar mucho al presidente del PP de Almería, presidente de la Diputación y alcalde de Roquetas, el señor Gabriel Amat, que decidió responder con un portazo: se levantó de la mesa y, con un desprecio absoluto por el resto de representantes, se marchó.
Los almerienses no nos merecemos espectáculos como éste. No nos merecemos que el Partido Popular nos engañe cada vez que se pone delante de un micrófono, con promesas falsas que les están valiendo para ganar elecciones, pero que no sirven para nada más. No queremos que nos prometan que el AVE llegará Vera para 2020: queremos que este mismo año repongan todo el dinero que nos han sisado y que las obras vuelvan a coger el ritmo que llevaban antes de 2012.
En cuanto a la Mesa de las Infraestructuras, de poco puede servir un foro nacido para reivindicar que no reivindica nada. Posturas tibias como la que llevan manteniendo de un tiempo a esta parte terminarán pasándoles factura. Convertirse cómplice de las barrabasadas que ha hecho el PP tiene sus consecuencias.
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