Las visitas que han realizado esta semana a Almería dos ministros del Gobierno de España, el de Fomento y el de la cartera de Interior, han tenido como denominador común la frustración, los recortes y el engaño. Ni lo contado por Íñigo de la Serna ni lo adelantado por Zoido va a permitir mover las agujas del reloj de la provincia, parado desde que el PP llegó al poder en noviembre de 2011. Lamentablemente, cinco años y ocho meses después, seguimos sin avanzar ni un solo minuto en ninguna de las materias que viene reclamando la sociedad almeriense.
La semana empezó rematadamente mal con el primero de los ministros turistas que aterrizó en esta ‘isla’ – así debe de verla el PP – de Almería. Al titular del Ministerio del Interior no debió de llegarle la camisa al cuerpo intentando que los roqueteros y roqueteras comulgaran con ruedas de molino a cuenta del anunciado despliegue, durante el verano, de cincuenta agentes en prácticas de la Guardia Civil.
Está por ver que esta medida sea permanente, algo que no ha quedado claro, puesto que ésta es la única razón que ha dado el ministro Zoido para seguir ignorando que Roquetas de Mar necesita una comisaría de Policía Nacional. Dice el máximo responsable de Interior, en una incomprensible respuesta a preguntas de los periodistas, que “la comisaría llevaría más tiempo y que no sabe si llegaría a buen puerto”. Como lo oyen. Ese es el peso de sus argumentos.
Si ya es lamentable lo de la comisaría de Roquetas, no lo es menos que siga mirando para otro lado ante la necesidad que tiene Vícar de un nuevo cuartel de la Guardia Civil. En su debe, además, tenemos que apuntar que no se haya comprometido a recuperar los 110 guardias civiles y policías nacionales que ha perdido la provincia desde la llegada del Partido Popular al Gobierno a finales de 2011.
Si Zoido nos dejó presos de una enorme frustración, la visita del ministro de Fomento no le fue a la zaga. Íñigo de la Serna confirmó nuestros peores temores al enterrar el AVE con Granada y recortar el que algún día nos deberá unir con el Levante. En concreto, de la Serna vino a decirnos que el Corredor Mediterráneo llegará en doble vía a Puerto Lumbreras, pero que será de una sola vía al entrar en la provincia de Almería. El resultado de todo esto es un enorme agravio para la provincia y especialmente para el sector agrícola, que exporta cada año más de 2 millones de toneladas de frutas y hortalizas. La decisión de Fomento supone, como ya hemos comentado en alguna ocasión, dejar a los productores sin la posibilidad de ahorrarse unos 160 millones de euros en gastos de transporte.
La visita del ministro de Fomento a Almería nos dejó, asimismo, otras dos pésimas noticias. De la Serna ratificó que sigue con su plan de rehacer los proyectos que ya estaban terminados para la conexión por alta velocidad con Murcia y, de paso, anunció que va a ‘cambiarnos’ la inversión de 2.200 millones de euros, prevista en el AVE entre Almería y Granada, por una ‘mejora’ del tren convencional de poco más de 360 millones que, además, no estará lista hasta 2023. Es decir, el Gobierno de Rajoy nos va a ‘birlar’ con esta maniobra de escapismo unos 1.900 millones de euros.
El ministro de Fomento debería de saber que las actuaciones para mejorar el tren convencional son urgentes y que Almería no puede esperar seis años más en las actuales condiciones. También tiene que ser consciente de que, de ninguna de las maneras, nuestra provincia puede renunciar al AVE con Granada.
En todos estos lamentables episodios en contra de los intereses de Almería llama poderosamente la atención un segundo denominador común: la actitud de los dirigentes provinciales del Partido Popular, que están tragando carros y carretas sin inmutarse. Menudo papelón.
La semana empezó rematadamente mal con el primero de los ministros turistas que aterrizó en esta ‘isla’ – así debe de verla el PP – de Almería. Al titular del Ministerio del Interior no debió de llegarle la camisa al cuerpo intentando que los roqueteros y roqueteras comulgaran con ruedas de molino a cuenta del anunciado despliegue, durante el verano, de cincuenta agentes en prácticas de la Guardia Civil.
Está por ver que esta medida sea permanente, algo que no ha quedado claro, puesto que ésta es la única razón que ha dado el ministro Zoido para seguir ignorando que Roquetas de Mar necesita una comisaría de Policía Nacional. Dice el máximo responsable de Interior, en una incomprensible respuesta a preguntas de los periodistas, que “la comisaría llevaría más tiempo y que no sabe si llegaría a buen puerto”. Como lo oyen. Ese es el peso de sus argumentos.
Si ya es lamentable lo de la comisaría de Roquetas, no lo es menos que siga mirando para otro lado ante la necesidad que tiene Vícar de un nuevo cuartel de la Guardia Civil. En su debe, además, tenemos que apuntar que no se haya comprometido a recuperar los 110 guardias civiles y policías nacionales que ha perdido la provincia desde la llegada del Partido Popular al Gobierno a finales de 2011.
Si Zoido nos dejó presos de una enorme frustración, la visita del ministro de Fomento no le fue a la zaga. Íñigo de la Serna confirmó nuestros peores temores al enterrar el AVE con Granada y recortar el que algún día nos deberá unir con el Levante. En concreto, de la Serna vino a decirnos que el Corredor Mediterráneo llegará en doble vía a Puerto Lumbreras, pero que será de una sola vía al entrar en la provincia de Almería. El resultado de todo esto es un enorme agravio para la provincia y especialmente para el sector agrícola, que exporta cada año más de 2 millones de toneladas de frutas y hortalizas. La decisión de Fomento supone, como ya hemos comentado en alguna ocasión, dejar a los productores sin la posibilidad de ahorrarse unos 160 millones de euros en gastos de transporte.
La visita del ministro de Fomento a Almería nos dejó, asimismo, otras dos pésimas noticias. De la Serna ratificó que sigue con su plan de rehacer los proyectos que ya estaban terminados para la conexión por alta velocidad con Murcia y, de paso, anunció que va a ‘cambiarnos’ la inversión de 2.200 millones de euros, prevista en el AVE entre Almería y Granada, por una ‘mejora’ del tren convencional de poco más de 360 millones que, además, no estará lista hasta 2023. Es decir, el Gobierno de Rajoy nos va a ‘birlar’ con esta maniobra de escapismo unos 1.900 millones de euros.
El ministro de Fomento debería de saber que las actuaciones para mejorar el tren convencional son urgentes y que Almería no puede esperar seis años más en las actuales condiciones. También tiene que ser consciente de que, de ninguna de las maneras, nuestra provincia puede renunciar al AVE con Granada.
En todos estos lamentables episodios en contra de los intereses de Almería llama poderosamente la atención un segundo denominador común: la actitud de los dirigentes provinciales del Partido Popular, que están tragando carros y carretas sin inmutarse. Menudo papelón.
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