La sociedad española, cada uno de nosotros, debemos de afrontar en unas semanas, una de las decisiones más importante de nuestra historia como país, que de manera directa, sencilla y clara, se resume en dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Quién quieres que sea el presidente del Gobierno de España? ¿Rubalcaba o Rajoy?
De Rubalcaba, sabemos lo que hace cada día y lo que dice, ya que vive en permanente contacto con la gente, habla claro, se le entiende perfectamente, genera confianza, está expresando lo que quiere hacer y cómo lo va a financiar. Por el contrario a Rajoy ni se le oye ni se le espera. Piensa que las elecciones las puede ganar estando callado el mayor tiempo posible, no haciendo nada, ni expresando propuestas para ayudar a los españoles; más bien al contrario, prefiere mantener oculto lo que hará si llega a gobernar. Son dos maneras de entender la política, una haciendo y hablando claro; la otra, no haciendo nada y estando callado, al acecho.
Cada día que pasa, todos somos más conscientes de lo mucho que nos jugamos, de las consecuencias que puede tener para cada uno de nosotros y para el futuro de nuestras familias que gobierne Rubalcaba o que lo haga Rajoy. Todos sabemos, por propia experiencia, que no da igual nunca quién gobierne y menos en una situación de crisis tan dura como la que llevamos viviendo estos años.
Si hiciésemos un ejercicio de memoria histórica e imaginásemos que en lugar de Felipe González hubiese gobernado en este país Manuel Fraga ¿nuestro país cómo sería? ¿Tendríamos lo que tenemos como sociedad y como familias? Pues eso, ni más ni menos, es lo que nos estamos jugando, así de simple: futuro, progreso, salidas sociales para la crisis que permitan a las familias salir adelante y no dejar a nadie en la cuneta.
Precisamente por eso, es especialmente importante en este momento caer en la cuenta de la importancia de la elección que vamos a tener que realizar el 20 de noviembre próximo, ya que lo que hay que elegir es a un dirigente que nos dé confianza, alguien seguro y capaz de hacer lo necesario para que las familias vean a sus hijos progresar, como nuestros padres nos han visto a nosotros, gracias a una política de igualdad de oportunidades, que es la que permite que se alcancen niveles superiores de reconocimiento y de bienestar social, basada en el esfuerzo, el trabajo y la responsabilidad que cada uno de nosotros ponemos y debemos poner cada día en lo que hacemos, en lo que nos ocupa, con el objetivo de buscar solución a los problemas que la crisis nos está trayendo, como sociedad y como personas que vivimos en ella.
La sociedad de la información en la que vivimos tiene muchísimas ventajas, entre ellas la de poder comprobar que en todos los países de nuestro entorno están sufriendo las dificultades por las que está atravesando la sociedad española, que los gobiernos de derechas ni fuera de España ni en las Comunidades Autónomas donde gobiernan están aplicando políticas que hagan que se genere empleo, que es el principal problema que tenemos. Es más, en estos días estamos comprobando que, allí donde gobiernan, los discípulos de Rajoy han convertido la crisis en una oportunidad para hacer negocio con las cosas que son de todos: la educación, la sanidad, las políticas sociales.
¿Rubalcaba o Rajoy? No es sólo la respuesta a una pregunta, es apostar por las personas, por la fuerza de las convicciones, de la razón, por la seguridad de que saldremos a flote a pesar de las presiones de la economía y de los negocios. Lógicamente, para conseguirlo hay que poner mucha inteligencia y valentía a la política, y eso Rubalcaba sí lo tiene.
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