domingo, 18 de septiembre de 2011

Ya está en marcha


Las quejas de la derecha española a cuenta del impuesto a los grandes patrimonios, propuesto por Rubalcaba y que el Gobierno ha decidido poner en marcha antes de agotar la actual legislatura, siguen llenando páginas en la prensa y minutos en televisión.


Aunque en la época de Aznar a los ‘populares’ no debía de parecerles tan mal este tributo, ya que lo mantuvieron durante sus ocho años de gobierno, ahora se empeñan en decir que es una tremenda injusticia que los ricos muy ricos contribuyan un poco más en el mantenimiento de los servicios públicos.

En otros países europeos serían impensables manifestaciones como las que estamos escuchando de boca de algunos líderes del PP. En Francia, por ejemplo, los conservadores mantienen una tasa, conocida como Impuesto de Solidaridad sobre la Fortuna, que grava a las personas físicas cuyo valor neto supera los 790.000 euros. Gracias a este impuesto, el Gobierno galo pudo recaudar en 2009 más de 3.000 millones de euros. En Noruega y en Suiza también existen tasas similares.

En España, sin embargo, la derecha se opone y las comunidades autónomas gobernadas por el PP incluso se dan el lujo de rebelarse y anunciar que no recaudarán este impuesto.

Del impuesto a los grandes patrimonios se han dicho muchas falsedades, aunque todas se pueden desmontar fácilmente. Hay quienes aseguran que gravar a los ricos puede desencadenar una fuga de capitales. Sin embargo, quienes defienden esta postura olvidan que, en España, gran parte de la tasa se obtendría sobre bienes inmuebles, los cuales, por definición, no pueden trasladarse a otro país.

También hay quien ha lanzado la falsa alarma de que un impuesto de este tipo lo terminarían pagando las clases medias. Sin embargo, el Gobierno ha  fijado unos límites razonables para que, como se pretende, este impuesto afecte únicamente a las mayores fortunas.

Se mire por donde se mire, Rubalcaba ha hecho una muy buena propuesta y el Gobierno ha estado ágil al ponerla en marcha. En estos tiempos que corren, en los que los mercados están al acecho para ver de dónde pueden sacar tajada, lo que hace falta es determinación. Y el PSOE es el único partido que a día de hoy está en condiciones de actuar con firmeza y rapidez. Rajoy y su partido están sólo ocupados con la táctica electoral.

La decisión del Gobierno de aprobar de manera inmediata este impuesto permitirá un aumento de la recaudación de más de 1.000 millones de euros, de cara al próximo ejercicio. Y con este dinero con el que no se contaba, Rubalcaba ya ha dicho lo que hará: destinarlo a crear empleo, especialmente entre los jóvenes.

El candidato socialista ha identificado dos grupos de jóvenes que necesitan medidas distintas. De un lado están los que abandonaron sus estudios y se pusieron a trabajar, y hoy no tienen ni cualificación ni un empleo. Para ellos, lo prioritario es que consigan una cualificación y amplíen así sus posibilidades de ingresar de nuevo en el mercado laboral.

De otro lado estarían los jóvenes que sí tienen cualificación pero no consiguen su primer empleo. Y para ellos, Rubalcaba propone programas concretos que les ayuden a dar el salto.

Al oponerse a recaudar un poco más a costa de las grandes fortunas, el Partido Popular está despreciando una medida dirigida a la creación de empleo. Y, viendo cómo están metiendo la tijera a la educación y la sanidad en las comunidades autónomas donde gobiernan, sólo cabe deducir que para el PP se trata de defender al que más tiene… y que la crisis la pague el que no llega a final de mes.

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