El Partido Popular está dando signos inequívocos de que ha perdido el norte. El cinismo político de los populares ha rebasado todas las líneas posibles de la crítica política, ante la imposibilidad de justificar los recortes aplicados por el Gobierno de Rajoy, para atacar al PSOE y al Ejecutivo de Griñán abriendo un absurdo debate sobre la titularidad, los nombres y apellidos, de las personas que asumirán las responsabilidades de las delegaciones provinciales de la Junta. Y no caen en la cuenta de que con esa crítica están cuestionando la labor que realizan de forma responsable los empleados públicos, en la Junta y en los organismos estatales. ¿O a caso está diciendo el PP que el Gobierno de Rajoy, que no ha nombrado todavía al director provincial del INEM, está desatendiendo cuestiones tan importantes como la promoción del empleo en la provincia?
También los hemos oído hablar de la subida de impuestos que ha aprobado la Junta sin aclarar que sólo se aplicará a quien ingrese por encima de los 60.000 euros, que ya es dinero. Esta falta de lealtad con la verdad no tiene excusa alguna, salvo que se haga con el objetivo de confundir y engañar de forma intencionada a los ciudadanos. La estrategia del Partido Popular, afortunadamente, tiene los pies muy cortos ya que la práctica totalidad de los andaluces y almerienses podrán comprobar que no les afecta y que, una vez más, los dirigentes populares vuelven a engañarles, igual que lo han hecho con la sanidad, la educación, la subida del IBI o del IRPF.
Lo que sí han “entendido” perfectamente todos los españoles es la medida que ha tomado el Gobierno de Rajoy que va a permitir el blanqueo de dinero negro en metálico, incluido el procedente de delitos penales, sin preguntas sobre su procedencia. La norma aprobada ofrece barra libre a los defraudadores y los demás, los que tenemos una nómina, a pagar religiosamente y sin rechistar. Es decir, el Ejecutivo de Rajoy sigue en su línea de no tocar “ni un solo pelo” a poderosos y tramposos y en cebarse con los ciudadanos de a pié. Todo un ejemplo, malo.
Aunque para mal ejemplo, el del presidente de la Diputación Provincial, Gabriel Amat, que no se ha bajado del coche oficial desde su toma de posesión para realizar lo que denomina ‘Rutas por la Provincia’ con un ostentoso despliegue de medios materiales y humanos que luego no se corresponde con los minutos que dedica a atender a los alcaldes. Según me cuentan, la comitiva llega con todo un séquito de personal y vehículos oficiales, hasta diez en algunas ocasiones, pero luego permanece en el municipio sólo unos pocos minutos, un tiempo claramente insuficiente para que los representantes municipales le puedan trasladar sus necesidades, sus demandas y sus prioridades. Mucho marketing y poco más. Todo un ejemplo, malo; muy malo.
La hipocresía política, sin embargo, ha llegado a su grado más alto con las manifestaciones de los populares cuestionado el recorte de altos cargos y de la administración periférica que ha aprobado el Gobierno andaluz y que supondrá un importante ahorro a las arcas de la Administración autonómica. Dice el PP que con un delegado provincial de la Junta ya bastaría para atender las necesidades de los almerienses. Esto no es que sea un ejercicio de cinismo, es que no se sostiene cuando nadie en el Partido Popular ha cuestionado que, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Almería existan trece concejales liberados, más el alcalde que cobra de las arcas del Estado como senador – con un sueldo más acorde a sus expectativas económicas – dos concejales que reciben sus ingresos de la Diputación y otra concejala que, en su calidad de parlamentaria andaluza, ingresa en su cuenta dinero de todos los andaluces. Y yo me pregunto ¿cuántos concejales, según ese ejemplo de austeridad que quiere dar el PP, sobran en este Ayuntamiento? Hagan juego, señoras y señores pero, ojo, siempre gana la banca.
También los hemos oído hablar de la subida de impuestos que ha aprobado la Junta sin aclarar que sólo se aplicará a quien ingrese por encima de los 60.000 euros, que ya es dinero. Esta falta de lealtad con la verdad no tiene excusa alguna, salvo que se haga con el objetivo de confundir y engañar de forma intencionada a los ciudadanos. La estrategia del Partido Popular, afortunadamente, tiene los pies muy cortos ya que la práctica totalidad de los andaluces y almerienses podrán comprobar que no les afecta y que, una vez más, los dirigentes populares vuelven a engañarles, igual que lo han hecho con la sanidad, la educación, la subida del IBI o del IRPF.
Lo que sí han “entendido” perfectamente todos los españoles es la medida que ha tomado el Gobierno de Rajoy que va a permitir el blanqueo de dinero negro en metálico, incluido el procedente de delitos penales, sin preguntas sobre su procedencia. La norma aprobada ofrece barra libre a los defraudadores y los demás, los que tenemos una nómina, a pagar religiosamente y sin rechistar. Es decir, el Ejecutivo de Rajoy sigue en su línea de no tocar “ni un solo pelo” a poderosos y tramposos y en cebarse con los ciudadanos de a pié. Todo un ejemplo, malo.
Aunque para mal ejemplo, el del presidente de la Diputación Provincial, Gabriel Amat, que no se ha bajado del coche oficial desde su toma de posesión para realizar lo que denomina ‘Rutas por la Provincia’ con un ostentoso despliegue de medios materiales y humanos que luego no se corresponde con los minutos que dedica a atender a los alcaldes. Según me cuentan, la comitiva llega con todo un séquito de personal y vehículos oficiales, hasta diez en algunas ocasiones, pero luego permanece en el municipio sólo unos pocos minutos, un tiempo claramente insuficiente para que los representantes municipales le puedan trasladar sus necesidades, sus demandas y sus prioridades. Mucho marketing y poco más. Todo un ejemplo, malo; muy malo.
La hipocresía política, sin embargo, ha llegado a su grado más alto con las manifestaciones de los populares cuestionado el recorte de altos cargos y de la administración periférica que ha aprobado el Gobierno andaluz y que supondrá un importante ahorro a las arcas de la Administración autonómica. Dice el PP que con un delegado provincial de la Junta ya bastaría para atender las necesidades de los almerienses. Esto no es que sea un ejercicio de cinismo, es que no se sostiene cuando nadie en el Partido Popular ha cuestionado que, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Almería existan trece concejales liberados, más el alcalde que cobra de las arcas del Estado como senador – con un sueldo más acorde a sus expectativas económicas – dos concejales que reciben sus ingresos de la Diputación y otra concejala que, en su calidad de parlamentaria andaluza, ingresa en su cuenta dinero de todos los andaluces. Y yo me pregunto ¿cuántos concejales, según ese ejemplo de austeridad que quiere dar el PP, sobran en este Ayuntamiento? Hagan juego, señoras y señores pero, ojo, siempre gana la banca.
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