Si un gobierno no hace nada por cambiar la realidad de la mayoría de la gente, no pone en marcha ninguna medida para que los ciudadanos que no tienen trabajo puedan acceder a un empleo, permite que pierdan su vivienda y que no puedan atender a su familia con dignidad, ese gobierno no sirve a los intereses generales de la sociedad.
Dos años y medio después de ganar las elecciones, el Gobierno del Partido Popular sigue enfrascado en su rutina: beneficiar a la banca, a los que especularon con el ladrillo y los pisos; a los defraudadores, a la industria farmacéutica o a las compañías eléctricas. Este ha sido su único y prioritario plan. Mientras que los españoles han perdido su trabajo y se han empobrecido, aún teniendo un empleo, el Ejecutivo central se ha dedicado en cuerpo y alma a proteger los grandes intereses de unos pocos.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha estado, por lo tanto, a lo suyo y ha mostrado una absoluta insensibilidad por el principal problema al que se enfrenta nuestro país: el paro. De hecho, ha recortado las partidas destinadas a las políticas activas de empleo un 60% y ha rechazado una vez tras otra que nuestra región y, por consiguiente, nuestra provincia se beneficie de un plan especial de empleo.
La presidenta de la Junta de Andalucía podría haberse estado quejando -con razón- de la insolidaridad del Gobierno del PP todos los días del año- y a fe que muchos días lo ha hecho- pero pasó a la política de los hechos nada más tomar posesión de su cargo al frente del Gobierno andaluz. Durante este tiempo, Susana Díaz ha puesto al servicio de la creación de empleo, entre planes y diversas medidas, 700 millones de euros.
La última se pondrá en marcha a lo largo del mes de junio. Se trata de un plan específico para dar respuesta a los mayores de más de 30 años, que estará dotado con 106 millones de euros y cuya gestión dependerá de los ayuntamientos. Este plan específico se añade al Plan de Empleo Juvenil, dotado con 200 millones de euros entre 2014 y 2015 y con el que se esperan crear más de 25.000 empleos directos en Andalucía.
Los planes de empleo que se han puesto en marcha están siendo también un revulsivo para la economía de nuestra tierra desde el punto de vista social ya que al amparo del Plan OLA, con cuyas obras se está generando mucho empleo, se están reformando, ampliando o construyendo nuevos centros educativos; el plan de empleo verde está permitiendo mejorar nuestros bosques y el plan de rehabilitación o el de construcción sostenible ha recuperado la actividad en sectores y profesiones que, debido al parón de la construcción, tenían muy complicado salir adelante.
Precisamente, dentro de ese mismo programa, el Gobierno andaluz prepara también para el próximo otoño una línea de ayudas destinada a la mejora de las infraestructuras turísticas, de manera que uno de los pilares de nuestra economía pueda seguir creciendo en calidad y convertirse, de esta manera, en un motor de generación de empleo que permita crecer nuestra economía.
Son muchas las cosas que marcan la diferencia entre el Ejecutivo andaluz y el Gobierno de Rajoy. Especialmente, esta lucha sin cuartel frente al paro que lidera la presidenta andaluza, Susana Díaz, es la seña de identidad de un Gobierno que piensa en presente en los ciudadanos, que se vuelca con los más desfavorecidos y que tiene como eje de todas sus políticas la creación de empleo como bandera.
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