El pasado jueves, 20 de octubre, conmemorábamos el trigésimo aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía. Manifestamos entonces nuestra voluntad de estar a la vanguardia, luchando por alcanzar la autonomía plena y por reafirmar nuestra identidad recordando la necesidad del pueblo andaluz de dejar atrás siglos de abandono para conquistar el futuro, a base de esfuerzo, trabajo y mucha responsabilidad.
Han sido 30 años de grandes retos y grandes logros, donde la política ha sido el instrumento para conseguir gran parte de lo que hoy tenemos: unas infraestructuras que han dado cohesión a nuestra tierra, una sanidad de calidad para todos, un sistema educativo que ha hecho posible la igualdad de oportunidades para muchos, un sistema de protección para nuestros mayores, tantas cosas, que no existían antes y que hoy nos resulta impensable vivir sin ellas. Hemos construido entre todos una economía para Andalucía, donde la investigación e innovación ocupan un lugar destacado. Disponemos de sectores productivos con una mente abierta y en expansión hacia nuevos mercados. En todos estos años, siempre nos crecimos ante las dificultades, ahora debemos hacerlo con mayor motivo, la situación nos obliga a todos a unir esfuerzos para superar las dificultades.
En estas tres décadas hemos visto como Andalucía ha apostado por las personas, por el bienestar y el futuro de todos, no de unos pocos; hemos sido pioneros en muchas cosas precisamente por eso. Otros han buscado la rentabilidad para unos pocos y en base a ella han diseñado y ejecutado sus políticas. Basta para darse cuenta de esta diferente forma de ejercer la autonomía política con acudir a ejemplos como los de los innumerables avances conquistados en estos años por nuestra sanidad pública y gratuita, o el compromiso a la hora de cuidar de nuestros mayores, a quien debemos nuestro presente: mientras Andalucía en la aplicación de la Ley de Dependencia atiende a 192.000 beneficiarios y beneficiarias, las tres comunidades con Gobiernos del Partido Popular más pobladas suman entre todas 151.091 beneficiarios y beneficiarias.
Como también hemos avanzado en materia educativa, con un sistema educativo que debe ser eje del futuro de nuestros jóvenes. Por eso, nuestra autonomía ha puesto en marcha diferentes tipos de ayudas como la Beca 6.000 que ya ha beneficiado a casi 10.000 alumnos y alumnas, las Becas Andalucía Segunda Oportunidad, dirigidas a recuperar al alumnado joven que dejó los estudios y que ahora quieren retomar su formación, o la Gratuidad de los libros de texto, que beneficia a casi un millón de alumnos y alumnas cada curso.
Y seguiremos trabajando para las personas, a pesar de todas las críticas burdas que la derecha nos ha dedicado a todos los andaluces. El Partido Popular de Andalucía debería marcar distancias con los que han agredido a nuestra tierra. Como Vidal-Quadras, que llamó a Blas Infante “cretino integral, el más tonto de España” o Ana Mato, para quien “los niños andaluces son prácticamente analfabetos”.
Por todo ello, no debemos olvidar que la aprobación del Estatuto fue la culminación de una lucha decidida, por superar la incomprensión, los obstáculos y las dificultades. Ese espíritu que nos llevó a aprobar el Estatuto de Autonomía debe de seguir siendo el que nos lleve a dar los pasos necesarios para superar esta crisis y a gobernar los cambios necesarios para recuperar el empleo y el bienestar que el egoísmo de la economía nos ha robado.
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