lunes, 2 de julio de 2012

El herbolario del PP


Los ciudadanos les exigen a los políticos que sean honestos, que digan la verdad y que, ante dificultades económicas como las que estamos atravesando, arbitren medidas imaginativas y justas que permitan mantener la cartera de servicios públicos de la que nos hemos ido haciendo a lo largo de estos últimos años. Pues bien, el Partido Popular está haciendo todo lo contrario desde que llegó al gobierno, practicando una cirugía ideológica sin precedentes, suministrando la anestesia de la crisis a todo lo que se le pone por delante, para consumar la operación a corazón abierto a la que están sometiendo a la sociedad española.

Aprovechando ese estado de shock, el Ejecutivo de Rajoy amputa y cose la herida por la que sangra este país con tan mala praxis que los ciudadanos han terminado por acostumbrarse a pasar por la mesa de operaciones una semana sí y otra también a ver si dan de una vez por todas con la clave de nuestros males y con el tratamiento adecuado. Sin embargo, la última de las medidas adoptadas, la de sacar del sistema sanitario, de la financiación pública, más de cuatrocientos medicamentos, nos ha dejado blancos, pálidos ante las explicaciones que se han dado para tomar esta decisión.

La receta del Partido Popular para lo que el Ejecutivo de Rajoy califica como “enfermedades leves” es la aplicación de ungüentos e infusiones para aquellos que no puedan pagarse medicinas para tratar enfermedades como la migraña, problemas digestivos, golpes, hemorroides, los síntomas de los resfriados o gripes, el tratamiento de la tos, herpes… Para todo esto, a partir de ahora, o tienes dinero y te lo pagas o te dedicas a recoger plantas en el campo para infusiones, tal y como ha propuesto la ministra de Sanidad.

La política de austeridad o de reducción del gasto en educación, sanidad o servicios sociales lo que hace es trasladar el gasto desde lo público a las familias. El Partido Popular no está haciendo una gestión eficiente del gasto, donde con menos dinero se hagan las mismas cosas, sino que lo que se hace es un ejercicio contable que traslada la responsabilidad de atender el coste de un servicio educativo o sanitario de las arcas públicas a la cartera de cada ciudadano.

En todo esto no hay nada de buen gestor y sí de injusticia manifiesta, en la medida en que se tratan de forma igual situaciones o realidades que son desiguales. El pago de estos 420 medicamentos de uso común afecta mucho más a quien tiene poco y los necesita, que a quien también necesitándolos tiene mucho. Otro pago más que se suma al del copago de recetas a partir de ayer domingo y del repago a la totalidad que ha aprobado el Gobierno de Rajoy en materia sanitaria.

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