lunes, 2 de julio de 2012

A lo loco


“Lo que no se puede es que todo el mundo construya y todo se haga a lo loco. Hay que adaptarse a las necesidades que tenga cada provincia. Hemos tenido unos años de construcción desmesurada, pero ahora nos adaptaremos”. La frase no es mía, es del presidente del Partido Popular, Presidente de la Diputación Provincial y alcalde de Roquetas de Mar. Que desde las filas del PP en la provincia de Almería se haga esta reflexión no deja de tener su gracia, si tenemos en cuenta que ellos han sido los que han soplado con todas sus fuerzas para hinchar la burbuja en nuestra provincia, siendo los mayores defensores e impulsores de una construcción insostenible, de más casas que compradores, basada en la especulación, que ha enriquecido a unos pocos y está llevando a la ruina a muchos, a todos.

En Roquetas de Mar, municipio experto en convenios urbanísticos, ¿se ha construido a lo loco, en lo privado y en lo público, o allí se sabía muy bien lo que se hacía, porqué y para qué? Durante el mandato del presidente del Partido Popular en ese Ayuntamiento se han llevado a cabo las mayores operaciones urbanísticas que se recuerdan en la provincia y fuera de ella (lo de los acantilados de Aguadulce traspasó nuestras fronteras como claro ejemplo de irracional esperpento) y aun hoy por hoy siguen teniendo en la recámara otras tantas esperando para su puesta en marcha como es el caso del proyecto de Las Salinas del que muchos esperan sacar beneficios, y si no es en esta zona, en los terrenos colindantes. El tiempo confirmará o no lo que escribo, pero aquí van a pretender que el Director de Costas, que vino hace unos días, les ayude en ello.

Recientemente, La Fiscalía ha observado "indicios" de delito en algunas decisiones relacionadas con la construcción de una decena de viviendas de lujo en un suelo no clasificado para tal fin en la zona conocida como La Fabriquilla de Roquetas de Mar. Pero este no es el único caso en el que las decisiones que se han tomado en este Ayuntamiento sobre el urbanismo terminan en la mesa de un Juzgado; son varias ya las Sentencias poniendo de manifiesto que muchas cuestiones no se han realizado respetando las normas.

La última decisión judicial en este sentido, de la que hemos tenido conocimiento, se refiere a la construcción pública, la realizada por el propio Ayuntamiento, y es fruto de una denuncia del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar y mediante la cual el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha reconocido la ilegalidad del acuerdo por el que se aumentó el precio de las obras del Teatro Auditorio, que pasaron de adjudicarse por 7 millones de euros a costar más de 15,4 millones. El acuerdo sobre ese exceso de obra y su valor fue adoptado por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento, presidida por Gabriel Amat, a pesar de los múltiples informes en contra. Adjudicaron esa ampliación como les dio la gana, saltándose a la torera todas las normas habidas y por haber. Un gran “pufo” que podría dar muchos dolores de cabeza porque esto sí que es un ejemplo en toda regla de construcción a lo loco.

El alcalde de Roquetas, presidente del PP y de la Diputación, cuando dice lo que dice, "que se ha construido a lo loco", se olvida por lo tanto, o pretende que olvidemos, que él ni más ni menos ha sido el principal consentidor de ese urbanismo desaforado; que en su municipio y no en otro se ha promovido durante años y años un modelo de crecimiento basado en la especulación como paradigma de lo que ha sido la burbuja inmobiliaria, un factor absolutamente determinante para hacer aún más profunda esta crisis que padecemos. Si tenemos más casas de las que demanda el mercado a alguien se le habrá ido la mano haciéndolas y permitiéndolas ¿no?

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