Acaba de comenzar una nueva campaña electoral para que los españoles decidamos en quién depositamos nuestra confianza para llevar a cabo la difícil tarea de sacar a España de esta crisis internacional en la que nos vemos inmersos. Este objetivo requiere del esfuerzo y el compromiso colectivo de toda la sociedad, que como siempre es dueña de su propio destino, aunque el resultado siempre es consecuencia del trabajo o de la pelea llevada a cabo para alcanzarlo.
Como todos ustedes saben ya, lo más urgente es aplicar medidas para hacer de nuestra economía una economía sana y competitiva, porque estamos convencidos de que creará mucho empleo y ésa es, sin duda, nuestra principal tarea. Meta que, por cierto, compartimos con el resto de países de nuestro entorno, que tampoco han dado aún con la tecla.
Lo urgente es crear empleo inmediatamente. Hacerlo sin tener que esperar a que vuelva el crecimiento económico. Para ello necesitamos recursos y vamos a pedírselos a quienes los tienen: las grandes fortunas y los bancos y cajas, entre otros. Vamos a demandarles que hagan su aportación a la salida de la crisis. Y vamos a dedicar esa aportación a impulsar la creación de empleo.
Estamos convencidos de que la recuperación de la actividad y del empleo en los próximos años va estar estrechamente ligada a la creación de nuevos proyectos empresariales, al autoempleo y al crecimiento del amplio tejido de PYMES existente. Por eso nos proponemos elevar la tasa de creación de empresas en España, de forma que cada año se creen algo más de 350.000 nuevas empresas, incluyendo a sociedades mercantiles y autónomos.
Pero nuestra estrategia no es sólo la de crear puestos nuevos. También vamos a asegurarnos de que las empresas no destruyan empleo cuando las empresas atraviesan dificultades. Además de crear puestos de trabajo, necesitamos aumentar las posibilidades de empleo de todas las personas que hoy están desempleadas.
En esta tarea el Estado del Bienestar es esencial, porque, entre tantas otras cosas, seguridad e igualdad de oportunidades. Por eso nos comprometemos a sostener los grandes servicios públicos de protección social y a defender los grandes derechos de igualdad que configuran el Estado Social y del Bienestar: la educación, la sanidad, las pensiones y los servicios sociales. La derecha ya está mostrando en las comunidades autónomas en las que gobierna que su plan, su único plan, pasa por recortar y eliminar aspectos que hemos ido consiguiendo gracias a gobiernos socialistas a lo largo de estos años, que nos han hecho más iguales y nos han permitido progresar en la vida.
Creemos en la igualdad de oportunidades en la educación, para que el origen social y las posibilidades económicas de cada familia no se conviertan en una barrera insuperable; para que cada persona llegue tan lejos en su formación como se lo permitan su capacidad y su esfuerzo. En la sanidad, para que no sea el dinero lo que determine la diferencia entre la atención que reciben unos u otros. Para que no ocurra lo que pasa en otros lugares, en los que no todas las personas pueden acceder a una sanidad de calidad, igual para todos. En la igualdad entre hombres y mujeres, que hemos plasmado en una ley, aunque aún queda mucho camino para hacerla realidad en todos los ámbitos de la sociedad, así como creemos en los derechos sociales, generadores de riqueza y de empleo, y que dan más dignidad a las personas.
Nada está garantizado, ni nada está ganado, por eso ahora es más importante que nunca el trabajo, la pelea, por aquello que quieres: hagamos que suceda.
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